6.6.09

EL GRITO DE UN RETORNADO.

Comentario de un artículo por Haddamin Moulud Said

Lo que sigue es lo que el diario marroquí ‘alwatan’, publica en su edición electrónica del 28-05-2009, un llamamiento, dirigido a los saharauis que se encuentran en los Campamentos de Refugiados, escrito por Daha uld Salek uld Aljalil, un hombre de 50 años de edad, un par de años arriba, un par de años abajo, ex combatiente saharaui que resultó herido en el brazo en el campo de batalla, después pasó a ser profesor, también, poeta. Y sobre el año 1993 traiciona a su pueblo y se pasa al enemigo.
Por lo demás, es preciso apuntar que hace algún tiempo, justo después de la primera ronda de negociaciones de Manhasset, la TV Aljazeera hizo una entrevista con Mahfud Ali Beiba, responsable de la delegación saharaui. Y en el turno de las preguntas de los telespectadores, intervino Daha uld Salek uld Aljalil. La memoria de los telespectadores aún recuerda su frase cuando dijo aquello de: “Nos hemos ido a Marruecos ‘ua albadilu a'uaru’: O sea, no hemos ido a Marruecos y la elección ha sido peor”.
En cuanto a la traducción, advertir que este hombre, en lugar de estar sentado en una mesa, escribiendo, parece estar, hablando, en un diván. Además, la enorme carga emocional y el recurso a la liturgia coránica patente en su escrito, dificultan sobremanera, la traducción del texto, para un profano en estas lides. (se recomienda su lectura en árabe: en UPES web)

EL GRITO DE UN RETORNADO.

HABITANTES DE LOS CAMPAMENTOS: “por estos motivos, no vengáis”.

Tenéis el derecho de señalarnos como retornados, trastornados o traidores. Es vuestro derecho tildarnos con la vileza, la bajeza o de rastreros o de practicar la genuflexión, la traición al compromiso, de no tener escrúpulos, de ser unos desalmados. Tenéis el derecho a todo esto y más. Y nosotros, ni siquiera, podremos rechistar. Porque así somos. Porque hemos abandonado.
Hemos estado pensando con nuestros pies en lugar de hacerlo con la cabeza. Y no hemos conseguido nada. Todos los sueños, aspiraciones y deseos que habíamos estado construyendo junto con vosotros, los hemos abandonado y salimos corriendo. Los hemos dejado de lado y lo hemos apostado todo por un espejismo, por un precio pírrico.
Lo hemos abandonado todo: los principios, los objetivos, los logros, las etapas de lucha con sus glorias –y cuán numerosas- y sus penas. Lo hemos cambiado todo por un empleo de bajo perfil y una vivienda indigna. Porque este es el precio que nos ha sido ofrecido. Pero algunos de nosotros –y son la mayoría- todavía no tienen ni un empleo ni una vivienda.
Años de lucha y militancia habíamos estado los unos con los otros. Algunos perecieron en el camino cumpliendo, así, con la promesa hecha ante Dios. Pero vosotros aún estáis esperando y no habéis renunciado a nada. Nosotros, en cambio, hemos renunciado a todo y no hemos conseguido nada. Y tal y como dice el refranero popular: “habíamos dejado la faena por rematar”.
Creímos, puerilmente, que íbamos a conseguir algo que os hiciera envidiarnos. Pero estaros satisfechos: no hemos conseguido nada de nada. En consecuencia, quedaros donde estáis. Vosotros sois mejores que nosotros y, también, sois mejores que aquellos que han obtenido un empleo o una vivienda. Vosotros sois mejores porque, todos vosotros, pequeños y mayores, mujeres y hombres, participáis en la consecución de un proyecto.
Ellos, en cambio, y a pesar de los empleos de alto rango y las viviendas, no dejan de ser unos marginados que sufren la muerte lenta. Y mentada la muerte, parece que nos persigue la maldición de Judas. Así, muchos de nosotros han muerto por enfermedades perversas o accidentes de tráfico. Otros han sido encarcelados por motivos varios. Algunos otros, ya esquizofrénicos, son el hazmerreír de los saharauis. Otros se tambalean entre la drogadicción y el alcoholismo. Esto es lo que hemos cosechado.
Pues estos son los motivos por los que os invito a quedaros en vuestros Campamentos, porque de venir, os encontraréis en unos campamentos marginados de las ciudades saharauis. ¡¡¡ Oh habitantes de los Campamentos!!! Os podéis imaginar que un Estado incapaz de acoger a un grupo, como el nuestro, que no sobrepasa los dedos de las manos, sea capaz de acogeros a vosotros?
Estos son, pues, los motivos por los que os invito a quedaros y a continuar la búsqueda de una solución global. Y vosotros, mejor que nadie, sabréis cuál es esa solución.
Nosotros hemos venido cabizbajos. Vosotros, esperad hasta hacerlo con la cabeza alta, mirando al cielo y sin rendir cuentas a nadie.
…….Fin del grito……

BRUTAL Y DESGARRADOR GRITO.

Al final, se han derrumbado. Han caído rotos y deshechos. Ese es el cruel drama de los hijos del pueblo saharaui que lo han traicionado. Creyeron que podían continuar mintiendo a sí mismos, pero no han podido aguantar la falacia.
Traidores que han traicionado a su pueblo, a su Causa, a sus hermanos y hermanas muertos por una Causa común. Lo han traicionado todo por unas miserables monedas de plata.
Ahora bien, la grandeza de los espíritus radica en la capacidad para mirar al futuro. Y este hombre, en medio del naufragio mental que sufre él y sus pares, parece querer asirse a un último soplo de libertad. No cabe duda que, con sus declaraciones, pone su vida en serio peligro (juega, él, con lo de los accidentes de tráfico para aludir a las misteriosas muertes en carretera). Pero al menos, consigue una bocanada de aire puro diciendo aquello que le amarga sus entrañas. Para su tranquilidad, en nuestra sociedad, la sabiduría popular dice que lo evidente no necesita ser mencionado (dhaher ma'ainu f algaul). De ahí que la sociedad saharaui, les ahorre el calificativo de traidores y les llama eufemísticamente “aidin” retornados.
Y a la vista de este relato, sólo nos queda intentar imaginarnos en qué fangos mentales estarán chapoteando los Eyub, los Hakim, los Admi, etc, etc, etc.

Haddamin Moulud Said. Valencia (España). ibnuabirabiaa@yahoo.es. A 12 de Labyadh Thaleth del año XXXVI de la fundación del F. POLISARIO
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