26.11.09

Esparruecos vs Minattu

Por Larosi Haidar

Hasta dónde vamos a llegar. Visto lo visto, está más que demostrado que el Gobierno español no ha cejado en llevar a buen puerto su Plan de Complacencia Sostenible respecto a los deseos, caprichos y otras perversiones del Miramamolín Mohamed VI de Marruecos. Pero cuando está por medio la cuestión del Sáhara Occidental, legalmente administrado por España y en la práctica ocupado a sangre y fuego por Marruecos, esta complacencia se convierte, milagrosamente, en una eterna rendición de pleitesía y otros menesteres que, créanmelo, humillan y envilecen a cualquier humano con una micra de dignidad. El último episodio de tan ruin plan es lo acontecido a la defensora saharaui de Derechos Humanos Minattu Haidar, actualmente retenida por la fuerza en el aeropuerto de Lanzarote. Ella quiere volver a su tierra, de donde fue injustamente expulsada; quiere volver a sus hijos, pero el ministro Moratinos se niega a dejarla en libertad e, incluso, osa subir el tono cuando se dirige a Minattu y al pueblo saharaui en general. La hoja de ruta se desvela: al Miramamolín, pleitesía y a los beduinos saharauis, desprecio e indiferencia. Sí, así están las cosas. Y no nos engañemos, la praxis del desprecio, la indiferencia y el abuso como trato especial en el caso de Minattu es algo que va dirigido directamente al pueblo saharaui.
Pero ¿Qué le ha hecho Minattu al Gobierno español? ¿Qué le ha hecho el pueblo saharaui al Gobierno español? ¿Qué le ha hecho? La pregunta se hace inevitable, pues las muestras de saña y vesania hacia el desamparado pueblo beduino del Sáhara Occidental se están expresando de manera tan concisa y esclarecedora por parte de los gobernantes españoles que evitar la interrogante se torna canallesco, vil y propio de individuos de mentes entumecidas. Es más, no hacerse la pregunta no sólo sería deshonesto sino que rozaría el masoquismo intelectual más degradante.
¿Qué ha hecho el pueblo saharaui para merecer tanto desprecio y tanta inquina?
Nada, nada que sepamos; únicamente se ha limitado, y se limita, como lo hace Minattu, a defender pacífica y civilizadamente los derechos fundamentales que la ONU y demás instituciones internacionales le reconocen de manera clara e inequívoca. Únicamente aspira a ejercer su derecho a la libre autodeterminación mediante un referéndum transparente y justo que la Organización de las Naciones Unidas pregona desde hace cuatro décadas. Marruecos, el matarife del pueblo saharaui, tras aceptar la celebración del inevitable referéndum, dio marcha atrás y lo rechazó de manera categórica, sobre todo y con más intransigencia si cabe, durante los últimos años. Además e independientemente de lo que se diga o piense, los hechos no ofrecen lugar a dudas: a lo largo de las tres últimas décadas, los sucesivos gobiernos de España no han dejado de apuñalar traicioneramente a sus (¿ex?) compatriotas saharauis; mientras que al matarife, el miramamolín Mojamed VI y su perverso Majzén, se le reservan todo tipo de consideraciones, condecoraciones y apoyos a mansalva.
¿Cuál es la causa de tan maligno proceder, de tan sañudo ataque al derecho a la libertad del pueblo saharaui? Vaya usted a saber, sin embargo, algunas lenguas, a estas alturas difícilmente catalogables de malas, apuntan hacia la famosa lista que en su día blandía el déspota Hassán II para doblegar a los gobernantes españoles. Presumiblemente, dicha lista recogería los nombres de ilustres españoles que fueron comprados, y muy bien, por el rey marroquí para hacer efectiva la entrega del actual Sáhara Occidental y, en su día, provincia española número 53. Respecto a tan ruin letanía de sobornos y sobornados por Marruecos, ya en el año 1976, el procurador en Cortes por Ceuta D. Serafín Becerra Lago dirigió un ruego al Gobierno para esclarecer el asunto, sin embargo, su pregunta ni siquiera se llegó a tramitar gracias a la oportuna utilización de una argucia procesal.
En la actualidad y sin ir más lejos, mientras la organización no gubernamental Handicap International ha estado entrenando a expertos en la desactivación de bombas de fragmentación para ayudar a las regiones afectadas por este tipo de munición, a la vez que las ochenta ONGs internacionales que han constituido la Cluster Munition Coalition para emprender una campaña con el fin de conseguir una moratoria en la producción de este tipo de bombas, ¿saben lo que ha estado haciendo el Gobierno español para “fortalecer la especial relación de hermandad existente entre las Fuerzas Armadas de España y Marruecos”? Pues ha estado cediendo a este último diversos tipos de artefactos militares, como son torpedos y lanzadores de bombas de fragmentación al módico precio de un euro. Todo un detalle, sobre todo si se tiene en cuenta que Marruecos y los saharauis están intentando negociar para lograr una solución justa y duradera sin recurrir una vez más a las armas. En caso contrario, el oportuno regalito del Gobierno español serviría para lanzar sobre los ciudadanos saharauis las temibles FAS-800A de 250 kg. de peso que, gracias a su espoleta de aproximación, detonan a una altura adecuada para esparcir de manera mortalmente efectiva sus 38.000 bolillas antipersonas. No nos digan que esto no es saharofobia. O será Alianza de Civilizaciones, o quién sabe si tendrá que ver con la Memoria Histórica...
En todo caso, la rampante despigmentación e insipidez que viene sufriendo el gobierno español es, sin lugar a dudas, un claro síntoma del síndrome de la aceituna zapatera.
P.S.: No debemos olvidar que a fin de cuentas todos somos Minattu.

Larosi Haidar
26.11.09
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