9.12.09

Algunas reflexiones sobre el caso Aminetu Haidar

por Salvador Pallarès-Garí

En estos momentos en qué escribo estas líneas, la situación es crítica. Aminetu rechaza el seguimiento médico. Se aísla del entorno lo máximo posible.
El movimiento solidario con el Sáhara le pide que deje la huelga de hambre. Pero ella está decidida a llegar al final. Los medios publican una carta de sus hijos pidiendo auxilio. ¿Un grito en el desierto?

Pero, ¿por qué hemos llegado en este punto?
En primer lugar, hay que subrayar el paralelismo, anecdótico(?), que presenta el caso Haidar con el caso global del pueblo saharaui. Hay una coincidencia de fechas (14 de noviembre 2009: expulsión de Aminetu del Sáhara Occidental; 14/XI/1975, Acuerdos tripartitos de Madrid: España abandona el Sáhara a manos de las dictaduras marroquí y mauritana).

La política, nada errática, de los gobiernos de la democracia española, de dar carta de validez a aquellos acuerdos franquistas, que nunca fueron publicados en el BOE, ni aceptados nunca por la ONU, llega, en estos días, a producir afirmaciones (el presidente JL Rodríguez dixit) del género “el interés general debe primar en las buenas relaciones en Marruecos”, es decir, no nos importa nada aquello que le pueda ocurrir, a Aminetu, ni al pueblo saharaui.
Es el lenguaje de Marruecos, que ya ha puesto sobre la mesa la cooperación marroquí en materia de inmigración, de tráfico de drogas... el interés general.

Los diferentes gobiernos del reino de España saben a ciencia cierta que en el Sáhara Occidental ocupado, ilegalmente, por Marruecos, se violan continuamente los derechos humanos. ¿En base a qué, sino, Moratinos ofrece a Aminetu el estatuto de refugiada? Pero; ¿por qué no lo denuncia a los foros correspondientes? ¿Por qué, apoya a la concesión a Marruecos del estatuto avanzado en la Unión Europea? Y esto pese a que en el artículo 2º de este acuerdo está escrito, negro sobre blanco, que Marruecos ¡se compromete a respetar los derechos humanos! ¿Recordáis que España no podía entrar al Mercado Común, porque no respetaba los derechos humanos?

Pero, aquí, además, no se trata de un caso aislado, no es Aminetu Haidar, una voz solitaria. En estos momentos, hay, siete saharauis pendientes de una sentencia, que puede ser a muerte, por reclamar el mismo que reclama ella: la libertad para su pueblo.

¿Qué clase de democracia es la marroquí? En todos los noticiarios, y telediarios, se puede comprobar que El Aaiún sufre un estado policial, represor.

La justicia universal
La justicia española se ha declarado incompetente por atender la denuncia presentada por Aminetu Haidar, contra los funcionarios marroquíes que la secuestraron por 24 horas, le retiraron el pasaporte y la obligaron a subir en un avión.
Es una de las consecuencias de la fracasada ley de justicia universal que permitiría, a un juez español, perseguir delitos contra los Derechos Humanos a todo el mundo. Pero, en este conflicto elementos diferenciadores. En primer lugar, el territorio del Sáhara Occidental no es un territorio ajeno a la administración española. Todavía es un territorio por descolonizar, y la ONU no ha aceptado nunca la ocupación marroquí. Es decir, el delito que motiva la acusación de la Sra. Haidar ha sido cometido en territorio que, administrativamente, todavía es español. No cabe el sobreseimiento de la causa. En segundo lugar, la madre de la Sra. Haidar tiene la nacionalidad española, con lo cual los delitos cometidos sí que afectan una ciudadana española. La hija de la cual ha sido secuestrada y se le ha retirado la documentación.
Y, Moratinos, en un esfuerzo “sobrehumano” ¡le había ofrecido la nacionalidad española!
Los diferentes gobiernos españoles han sido sometidos al chantaje de los marroquíes. Han practicado una política del avestruz. Los últimos gobiernos se han llenado la boca, esto sí, por vía de la, entonces, Secretaria de estado de cooperación, la “prosaharaui” Leire Pajín, diciendo que son el gobierno que más ayuda humanitaria ha enviado a los campamentos de refugiados. Pero, los saharauis no quieren pescados, quieren pescar (y saben) en su país, en libertad.

No sé en qué situación se encontrará el “caso Haidar”. Deseo que esté recuperada, con sus hijos. Pero, si el desenlace es el de su muerte, los responsables serán los gobiernos español, el marroquí, directamente; hay otros, como el francés, que también serán cómplices.

Deseamos que no deba morir nadie porque los gobiernos españoles saquen la cabeza de debajo del ala, y ponen, de verdad, manos a la obra. I descolonizan el Sáhara Occidental.
09.12.09

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