23.10.09

La historia se repite

por J.Beiruk

“Aquellos que no recuerdan el pasado están condenados a repetirlo.” Jorge Santayana

Muchos historiadores advierten de que la historia no se repite. No obstante, a mi juicio - y utilizando la analogia de ‘Tajine’ - verá el lector que algunos períodos (recetas) son similares, aunque a veces dan resultados (sabores) diferentes.

Es necesario revelar que los acontecimientos relatados a continuación quizás no tengan mucha relación entre si, ni se basan en un estudio exhaustivo de la historia, pero como observador, me parece que tienen varias cosas en común.

Siguiendo las noticias recientes, me llamó la atención, como a muchos de los lectores, el ascenso vertiginoso del saharaui Mohamed Cheij Baidil-la [de ahora en adelante, utlizaré el antropónimo saharaui: Baidil-la, y no Biadillah] en la esfera política de Marruecos – y no pude evitar que experimentara una extraña sensación de “déjà vu” y de sentir hasta donde llega la banalidad de la estrategia del Majzen.

Me refiero a las similitudes de hechos y las actitudes de algunos personajes en la historia reciente de Marruecos; particularmente en lo que concierne las ambiciones territoriales del Majzen y su obsesión de utilizar a cierta casta de individuos renegados para lograr, en el trasfondo, objetivos politicos similares. Basta con asomarse un poco a los libros que relatan la historia contemporánea de la región para percatarse de algunas similitudes.

Voy a empezar, como ejemplo -- en una breve síntesis y sin respetar necesariamente el orden cronológico -- con el señor Baidil-la; natural de Smara y médico de profesión. Acarició por un tiempo breve el ideal independentista saharaui pero al final decidió abandonarlo y alinearse con la politica irredentista del Majzen.

Una de sus primeras misiones en el extranjero fue a las Naciones Unidas, en Nueva York - los años del surgimiento del conflicto - donde el incipiente político fue destinado a la representación permanente de Marruecos para defender las tesis reivindicadoras marroquíes sobre el Sahara Occidental. Reivindicaciones a las cuales, vale decir, no escatimó ningún esfuerzo.

Baidil-la fue diputado de la actual región de Gleimim-Smara. Dirigió la comisión de asuntos exteriores del parlamento. Luego, entre otras funciones que se le concedieron, llegó a ser Wali y gobernador. Posteriormente asumió el cargo de Ministro de Sanidad del gobierno de Driss Jettou.

En febrero pasado, Baidil-la fue designado secretario general de un partido de los que a menudo se “cocinan” en Marruecos [Ahzab A-Tajine], el Partido Autenticidad y Modernidad (PAM), un partido palatino fundado por Fuad Ali El-Himma, un amigo del rey Mohamed VI.

Finalmente, y ocho meses después, Baidil-la toma la función de presidente de la Asamblea de Consejeros del parlamento marroquí. Seria instructivo mencionar aquí que muchos observadores piensan que el Majzen está preparando el terreno para que El Himma sea el próximo primer ministro.

Para terminar, y a los efectos que ahora nos interesan, eso es todo lo relevante de la carrera política de nuestro coterráneo. Pero para examinar la similitud en la trayectoria politica a la que me refiero, es preciso remontarnos a finales de los años 50s.

Precisamente en el año 1958, un grupo de politicos mauritanos se traslada a Rabat para rendir pleitesía al sultán Mohamed Ben Yussef -- entonces ya autoproclamado rey Mohamed V -- y confesar sus deseos de que Mauritania se integre a la “madre patria”. Entre éste grupo de notables se distinguía el Emir de Trarza. Sin embargo, el que nos interesa en este caso es otro miembro del mismo grupo.

Se trata de Dey Uld Sidi Baba; un comerciante originario de Atar [con raices saharauis maternas ] y ex-ministro del Gobierno Autónomo de Mauritania. De hecho, fue ministro solamente por dos meses, ya que se “llevó el cargo” consigo a Marruecos. [un método muy utilizado posteriormente por los tránsfugas del Polisario ]

Recordar que durante ese período, las reivindicaciones marroquies de Mauritania estaban en su apogeo. Mauritania era el enfoque de la diplomacia marroquí – tal y como lo es el Sahara Occidental hoy en dia -- por considerarla parte importante del proyecto de “Gran Marruecos”. Un projecto confeccionado por Allal Al-Fassi y adjudicado luego por el rey Mohamed V. En aquella época raramente se vociferaba el slogan actual que reza “De Tánger a La Güera”. No, el que estaba en boga era otro, con más condimentos y repleto de ambición: “De Ujda a Senegal y de Tánger a Tuat”.

Dey Uld Sidi Baba fue designado consejero del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Posteriormente, se le concede el cargo de representante permanente de Marruecos en Las Naciones Unidas. Ahi es donde Uld Sidi Baba --como lo haría más de una década después Baidil-la -- plantearía a fondo las reivindicaciones expansionistas de la monarquía sobre Mauritania, la cual se aprestaba a acceder a la independencia.

Una vez perdida la batalla en las Naciones Unidas, Uld Sidi Baba embarca en la política doméstica y se convierte, como Baidil-la, en diputado de Gleimim. [Ya sé, en parte yo tampoco lo entiendo, a Gleimim se le dice “Bab A-Sahara”, la puerta del Sahara, pero parece ser que en dirección contraria se le deberia llamar “Bab Al Majzen”.] Entonces comienza su ascenso politico y llega a asumir, dos veces, el cargo de ministro.

Finalmente, en 1977, es asignado el cargo de presidente del parlamento. Casualmente, el mismo tiempo en que Baidil-la se convierte en miembro de esa institución. Con otra pauta algo similar, Dey Uld Sidi Baba se afilia al recientemente “cocinado” Partido Rassemblement National des Indépendants (RNI), fundado por Ahmed Osman, cuñado del rey Hassan II (por cierto, en este período, Osman ya era primer ministro).

Para concluir, el esquema resultante nos indica que las elecciones son, realmente, irrelevantes. El resultado se “cocina” con antelación y cuando Al-Majzen agota todos sus recursos, recurre al reciclaje de su estrategia. Si Fouad Ali El Himma se convierte en primer ministro, veremos que sí, a veces la historia se repite, o al menos los eventos toman cierta semejanza. ¿Se estará preparando una campaña en Rabat, con un nuevo equipo, como lo hizo en su tiempo el rey Hassan II y su primer ministro, Ahmed Osman; en los albores de la “Marcha Verde” ?.

J. Beiruk
23.10,09
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