9.4.10

DE AQUELLOS POLVOS DE 2006 A ESTOS LODOS DEL 2010

por Haddamin Moulud Said

En una fatídica jornada de octubre de 2006, y contra todo pronóstico, el POLISARIO, dio su brazo a torcer y terminó aceptando el método de las conversaciones directas sin condiciones previas, como regla para alcanzar una solución al conflicto.
Hoy, en abril de 2010, el POLISARIO, aparece enfangado, hasta las rodillas, en los lodos dejados por aquellos polvos de 2006.
Y atado y bien atado a la mesa de negociaciones, debe soportar el peso y la lógica de las mismas. Y aunque Mahfud Ali Beiba, en el programa ‘Al Hadaz’ de RASD TV, se haya mostrado muy circunspecto, sí que ha dejado meridianamente claro, que en la cúpula del POLISARIO, anida la convicción de que “no hay alternativa a las negociaciones”.
Sólo nos levantaremos de la mesa, decía, cuando la Comunidad Internacional llegue a la misma conclusión que nosotros ya tenemos: “Marruecos no tiene ninguna intención de llegar a una solución”. Sólo entonces, daremos por cerradas las negociaciones.
Para seguir aferrándose al proceso negociador y aplacar, así, el descontento creciente de la opinión pública interna, Ali Beiba, recurre a una cita coránica (XII-67) para dejar entrever que, de las declaraciones de Ross, cabe esperar que éste tenga, en mente, alguna propuesta que presentar a las partes. Pero Ross, a diferencia del respaldo divino que tenía Jacob, más bien tiene, detrás, a un Consejo de Seguridad bastante poco receptivo para con las aspiraciones saharauis.
Parece, por tanto, que ahora mismo, el POLISARIO, acude a las negociaciones, no ya con la idea de alcanzar una solución, sino con el objetivo de demostrar a la Comunidad Internacional que Marruecos no tiene intención alguna de llegar a una solución.
Y no habiendo, entonces, esperanzas reales de alcanzar avances sustanciales en el proceso de las negociaciones directas, el POLISARIO, cuán vendedor, parece querer desgajar, de la solución global, algunos capítulos cuya solución quiere buscar, al margen de la solución global del conflicto. De ahí que haya plantado batalla en el frente de los DDHH.
Pero aquí, nuevamente, el tema se ha planteado tarde y mal, como para esperar que el Consejo de Seguridad se avenga a esa legítima reclamación, en abril de 2010. Tarde, porque no es de recibo que el POLISARIO declare, el día 07-04-2010, su aceptación de la supervisión de los derechos humanos en los Campamentos de Refugiados. Y, mal, porque esa declaración, en lugar de realizarse desde Bruselas por el Coordinador con la MINURSO, debió realizarse con toda solemnidad, en marzo durante la reciente visita de Ross a los Campamentos. Entonces, sí que habría surtido el efecto deseado.
Hacer las cosas mal y tarde, tiene el inconveniente que tiene. Y esa declaración llegó demasiado tarde. Tan tarde que no tenía ya cabida en el Informe que ya se estaba preparando en los fogones del Consejo de Seguridad desde el día cuatro o cinco de abril. De hecho, la desafortunada declaración, parece que se hizo a los solos efectos de incidir en los debates que se estaban fraguando, esos días, en el Consejo de Seguridad sobre el Informe de Ross. Pero se hizo tarde.
En este sentido y en contra de las esperanzas exhibidas por Ali Beiba, en el programa mencionado, sobre la eventualidad de que, en abril el Consejo de Seguridad adopte una Resolución que colme, en parte, las reclamaciones saharauis en materia de protección de DDHH, todo parece indicar que no habrá ni atisbo de esa protección. Tampoco, aquí, se entiende esa inclinación de Ali Beiba a creer que el Consejo va a adoptar una Resolución satisfactoria a nuestros intereses. Y no se entiende, porque él más que nadie, sabe de sobra que no es la necesidad exasperante de la instauración de mecanismos de protección la que va a inclinar la resolución hacia un lado u otro, sino el equilibrio de fuerzas de poder dentro del Consejo de Seguridad.
Ciertamente, en la gestión del conflicto y, especialmente, en la gestión del sensible asunto de los derechos humanos, se adolece de una grave falta de profesionalidad o, si se prefiere, la concentración de poder en Presidencia, actúa como una máquina de podar que enerva las potencialidades de los otros órganos situados en la periferia del poder.

Haddamin Moulud Said (ibnuabirabiaa@yahoo.es). Valencia (España)
08.04.10
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