Ante la precariedad de ideas al debate polìtico en el que estamos inmersos los saharauis, donde la discusiòn en las mas altas esferas del poder, entiéndase, Secretariado Nacional y Consejo de Ministros, se asemeja mas a programas de la pobre farandula, en que lo mas importante, es el cotilleo, en lugar de cuestiones de fondo relacionadas con resolver los graves problemas y diseñar estrategias con el fin de superar y vencer las dificultades.
Frente a esta dificil coyuntura, es lògico que se producen reacciones condenatorias por parte del pueblo al inmovilismo y la falta de iniciativas polìticas que nos motivan a salir de esta situacìon critica en la que estamos sumergidos y al parecer solo se vislumbran señales que indican todo lo contrario al deseo y a las aspiraciones legítimas de nuestro pueblo. Es herencia ancestral la voluntad para defender lo propio, aquello que valoramos demasiado, y no permitimos que nadie nos lo robe. Los saharauis han realizados esfuerzos titànicos durante los años de la contienda militar hasta el alto el fuego en septiembre del 91, a partir de esa fecha el destino quedò en manos de unos responsables politicos, que han demostrado una irresponsabilidad monumental en la gestion de nuestros asuntos, el ejemplo mas reciente lo vimos en la casi nula reacciòn frente a la resoluciòn 1920 del Consejo de Seguridad de la ONU. En que han quedado las duras advertencias del Giap saharaui, Uld Salek, el general de mil batallas.
Los errores son infinitos en lo concerniente a la actividad diplomàtica, en octubre pasado el Presidente acompañado por su alto mando polìtico, designò embajadores y representantes, un listado repleto de hermanos, sobrinos, parientes cercanos y no tan cercanos, amiguetes y aduladores de oficio para llevar a cabo, lo que èl calificò la batalla exterior con el fin dar a conocer al mundo la noble y justa causa saharaui, pues a la fecha de hoy, de los nueve embajadores solo uno ha sido acreditado y de las representaciones ni hablar.
Es hora de asumir responsabilidades y de rendir cuentas ante el pueblo, quien, o quienes son los autores del desastre, que tengan el valor de reconocer y admitir sus torpezas, pero me temo que eso no ocurra y como siempre sucede en esos casos, la política practicada, es la huida hacia adelante, que viene siendo lo mismo que hacer un salto al vacio.
Los saharauis ya tienen la mayoria de edad polìtica para no admitir que se le trataba como acostumbra, hacer antes la direcciòn ejecutiva, de heroes querian convertirnos en villanos, destruyendo nuestra autoestima colectiva, que es destruir lo ùnico que nos queda, que es nuestra dignidad, y eso sencillamente no lo vamos a permitir a unos aprendices de dictadorcitos y mercaderes de la politiqueria.
Mientras tanto nos que el recurso de la palabra y de los gestos, haremos como los huelguista japoneses, que ponen un lazo que reza, estamos en huelga, es cuando precisamente producen con mas eficiencia, disciplina y responsabilidad social, a ellos normalmente sus demandas son atendidas por las autoridades. ¿ Seran capaces las autoridades saharauis de atender nuestras demandas ? . Yo lo dudo.
Por Ubeida Rabihi Daif.
06.05.10
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