30.9.08

MARTES O MIÉRCOLES

“Sumu 3ala ruyatihi ua afturu 3ala ruyatihi”
“Ayunad con su visión y desayunad con su visión”

Eran las 20:00 horas del lunes 29 de septiembre de 2008 y ya no cabía ni un alfiler en el restaurante “1001 Noches”. Médicos, ingenieros, abogados, empresarios, etc, representantes, todos, de la inmigración árabo-musulmana en una ciudad del mediterráneo español. El “iftar” al que estábamos invitados, en la recta final de Ramadhan, representaba lo mejor de la gastronomía sirio-libanesa. La diversidad de sabores, olores y aromas producía envidia sana en los paladares oriundos de las profundidades saháricas.
El tema estrella que iba a acompañar la cena estaba cantado desde el principio: ¿Martes o Miércoles?. Esa era la cuestión. ¿Cuándo era Al3id?. Ja3far, iraquí chiita, sentado en un extremo de la mesa, decía que, en Nayaf Al Achraf, Al3id era martes. Por su parte, el persa Jamed, decía que en Ispahán, era miércoles. Abdelwahab y Zubeyr, saudita el primero y kuwaití el segundo, lo tenían claro desde el principio de la velada: el custodio de los Santos Lugares había decretado que era martes. El argelino Beghdali, decía que nones, que Al3id era miércoles. Para Seddum, un mulato mauritano, también era martes.
Por desgracia para los comensales, no había, de entre los presentes, ningún astrónomo. De modo que el recurso a los conocimientos básicos del sistema celeste, tampoco, ofreció una clara conclusión.
Ya en los hogares, los teléfonos no paraban de sonar: ¿Martes o Miércoles? Y como corresponde a la sociedad en la que vivimos, la cuestión se iba a resolver ante las pantallas de las cadenas de TV vía satélite. “La finca de enfrente no me deja ver la luna”, se quejaba amargado un vecino, por aquello del “sumu 3ala ruyatihi...”, pero en casa tengo una pequeña luna que me guía, en alusión a Aljazeera TV.
En efecto, los rótulos de las noticias de Aljazeera y Al3arabiya, las grandes cadenas generalistas, daban cuenta puntual de las decisiones tomadas, al respecto, en distintos Estados: Arabia Saudi, el Martes; Yemen, el Martes; Argelia, el Miércoles; Mauritania, el Martes; y así sucesivamente.
Los principales telediarios de la noche, aperturaban con la misma noticia: Será el Miércoles, decía la presentadora de la TV argelina; el Miércoles, dijo el presentador del noticiario de la mauritana; el Miércoles insistía el de Tunez.
En wed Bentili, un cauce seco que discurre entre el Sahara Occidental y Mauritania, los vecinos de uno y otro tramo del cauce siguen, cada cual, a su gobierno. De manera que el día promete disparidad de paisajes, puesto que, cauce más abajo, ya en Mauritania, el olor de carne a la brasa y el bramido de los camellos sacrificados va hacer interminable el Martes de los que habitan cauce arriba, en el Sahara.
¿Y en España? ¿ Y en Francia?. Algunas mezquitas han dicho Martes, otras, el Miércoles. Pero la mayoría ha decretado el Martes como día de Al3id
- ¿Pero a quién hacemos caso?, se preguntaba un vecino del tercer piso.
- No somos españoles, terciaba su amigo. Nosotros desayunamos con el Sahara, o sea, el Miércoles.
- Si, es verdad, no somos españoles, pero residimos aquí desde hace un montón de años y aquí las autoridades de la Mezquita han dicho el Martes, replicaba el otro.
Si la disparidad afecta a los Estados y a los pueblos, lo de los vecinos del quinto ya es el colmo. De los cuatro que comparten el piso, dos desayunan el Martes y, los otros dos, desayunan el Miércoles. Unos se guían por la Mezquita del barrío, los otros, por el telefonazo a Rabuni.
Es evidente que la disparidad de fechas en cuanto a la celebración de Al3id, sólo tiene una interpretación política, en absoluto acorde con los principios del Islam.
A esto hay que añadir, el tema de la “zakat aliftar”. La idea de que su cuantía se determina de acuerdo al nivel de vida del país en que se reside, no ofrece demasiada resistencia, dicha idea, para la comprensión de su significado. Pero la vida es mucho más compleja, porque está el padre que tiene dos hijos residiendo con él en España y, otros dos, residiendo en los Campamentos. Y ahí está la duda. Qué hace? Cuál es la referencia? Le dicen que por los dos que están en España debe abonar los seis euros establecidos por las mezquitas en España, y por los dos hijos que residen en los Campamentos debe abonar las mil seiscientas ‘uguías’ establecidas por los saharauis. Es decir, se aplica la regla del lugar de residencia para determinar la cuantía de la “zakat aliftar”. Pero hete aquí, que un padre de la Segunda Región militar, allá en Ajchach, llama diciendo que él no piensa abonar los seis euros por su hijo que se encuentra estudiando en España, que a los sumo, va a abonar las mil seiscientas uguías.
El tema da para una tesis. Pero lo cierto es que se hecha en falta la existencia de alguna autoridad que pueda dar algunas orientaciones para que los inmigrantes saharauis puedan tomar sus decisiones con base en mejor criterio.
Haddamin Moulud Said, Valencia (España), a 30 de Ramadhan del año XXXV de la creación del F. POLISARIO.
ibnuabirabiaa@yahoo.es


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