por Zrug Lula
El pueblo saharaui celebró la semana pasada un aniversario más de la proclamación de la República Árabe Saharaui Democrática-RASD y con él un año más de espera en los Campamentos de Refugiados de Tinduf.
Son treinta y cuatro años de exilio, tres décadas y media de espera y dos generaciones de niños y jóvenes que soñaban con vivir una vida sana y feliz sobre su tierra. Más de tres décadas de esperanzas que cada vez desvanecen para la mayoría con el deterioro de la situación socio-política de su entorno.
Sin dudas, los logros que alcanzó la joven República Saharaui tras su fundación son apreciados por sus amigos y enemigos. El éxito de una campaña de alfabetización que favoreció a más del 95% de la población refugiada, una guerra sin cuartel contra epidemias como el cólera y el sarampión que amenazaban la vida los refugiados recién instalados en unas condiciones infrahumanas, una ofensiva militar exitosa que impuso la temprana retirada de Mauritania del conflicto, así como la liberación de parte del territorio y el reconocimiento de más de ochenta países a la heroica resistencia de nuestro pueblo, todos estos hechos hablan de una época dorada que los saharauis extrañamos y soñamos con revivir.
Sin embargo, esta larga espera junto a la ausencia de capacidad y carisma en el liderazgo del pueblo saharaui, así como la falta de voluntad de la comunidad internacional, han provocado una frustración y decepción en todos los refugiados saharauis, principalmente la juventud.
Las instituciones que una vez fueron el orgullo de los saharauis son cada vez más débiles, la brecha entre la dirección y el pueblo es cada vez mayor y por tanto menos la confianza. Esto, sin mencionar la aparición de clases sociales basadas no solamente en la capacidad adquisitiva sino, desafortunadamente, en otros factores que se habían abolido totalmente por la RASD y el POLISARIO.
Un ejemplo claro de este deterioro de las instituciones me lo expuso un viejo amigo de la escuela que hace mucho no veía y que encontré recientemente por coincidencia. Mi ex compañero de clase, que trabajaba de maestro en una escuela y de vez en cuando hace de guía con los cooperantes españoles, me dijo que hacía poco estuvo con un grupo de cooperantes españoles que hacían una gira por los centros de formación juvenil y escuelas en una de las wilayas. En sus visitas hacían preguntas de todo tipo a los jóvenes y entre las informaciones que buscaban se encontraba, por su puesto, la historia del pueblo. En una ocasión, uno de los cooperantes preguntó a u grupo de jóvenes (chicas y chicos que sus edades oscilan entre los 15 y 25 años) sobre el significado del acrónimo POLISARIO. Para la sorpresa de mi amigo y sus acompañantes, ninguno de los presentes sabía a qué se refería dicha abreviación. Tal ignorancia no puede más que representar el grado de deterioro en que se encuentra un una institución social de la que depende la edificación del futuro estado saharaui; la educación.
Otra institución que fue un pilar y sigue siendo de vital importancia para la supervivencia de los refugiados es el Ministerio de Salud. Este sector también ha sufrido una decaída y la necesidad de médicos es tal que las autoridades de esta institución han abierto una facultad de ciencias médicas, única de su tipo en unos campamentos de refugiados. Solamente en mi promoción se habían graduado más de treinta profesionales de salud entre médicos generales y especialistas…¿alguien puede explicar este déficit de médicos?
Es triste ver que lo que se ha logrado con tanto sacrificio se desvanece con tanta desidia. La desatención que sufren también los jóvenes, formados o no, ha provocado que muchas de las instituciones estén vacías o dependieran de los cooperantes extranjeros ignorando otro de los pilares de los que dependió nuestra joven república en sus inicios; el dependerse de sí misma.
El factor humano es imprescindible y solamente con una sociedad propiamente instruida y comprometida con la causa es que podemos levantarnos de este letargo que llevamos padeciendo desde hace casi dos décadas. Esta triste situación de frialdad y pesimismo que actualmente prevalece es la que ha causado el deterioro de las instituciones y la incertidumbre que domina en casi la totalidad de los jóvenes. Es tal la desesperación y la frustración que el mayor sueño de los jóvenes se convirtió en conseguir un pasaporte y un visado para emigrar. Si se le pregunta a uno para qué quiere ir y por qué no se queda a hacer algo por la causa desde los campamentos, las respuestas constantes son siempre un adverbio de dudas; "por si acaso" (que demuestra el pesimismo y la incertidumbre) y una pregunta; "¿qué voy a hacer aquí?"(que demuestra la desconfianza en el sistema y la duda de que el cambio esperado se avecina). Todo el dinero, el material y la ayuda que se puedan aportar nunca serán suficientes para devolverles a nuestras familias una vida digna, la libertad por la que se han dado muchas valerosas vidas y la tranquilidad absoluta de disfrutar de nuestra tierra.
Finalmente, FELICIDADES a todas las mujeres saharauis en su día, ya sean aquellas que dieron-siguen dando su juventud para que seamos lo que somos ahora o las que hoy día desafían a nuestro enemigo en sus propias narices para garantizarle a nuestros hijos un futuro mejor sobre su tierra de Saguia Al-hamra y Río de Oro.
Zrug Lula
Zlula1980@yahoo.es
08.03.10
--------------
Este texto expresa la opinion del autor y no de los moderadores del foro.