16.8.09

Los pájaros se esconden para morir

Por Baba Mustapha Sayed
(Trad. del francés por L.H.)

Para despejar cualquier equívoco y no dejar sitio para ningún tipo de duda, ni en los corazones ni en las mentes, hay que afirmar ante todo que “ninguna razón en el mundo, ninguna de la naturaleza que sea, puede justificar hoy como ayer y mañana, la traición de los tuyos en provecho de su enemigo”. Y eso es justamente lo que acaba de hacer Ahmedou ould Suelem al entregarse a las autoridades marroquíes la semana pasada. Autoridades marroquíes a las que combatió, hay que recordarlo, con repetida determinación junto a su pueblo durante más de tres décadas.
Al ver sobre la pequeña pantalla de su televisor al nacionalista y orgulloso Ahmedou besarle la mano al monarca marroquí, señal de una lamentable sumisión a la anacrónica y medieval monarquía alauita ¿Quién entre los saharauis no se sintió descompuesto, humillado en lo más profundo de sí mismo e, iracundo, herido en lo más valioso que tiene, su dignidad?
¿Quién es el saharaui que ha escuchado a Ahmedou balbucear lastimeramente, con una sonrisa crispada y una cara afectada, el discurso propagandístico gastado y grosero del Majzén, y que no se ha considerado rabiosamente escandalizado por esa facilidad y holgura desconcertantes que padecen ciertos miembros de la elite saharaui al “cambiarse de chaqueta” y ponerse a quemar lo que ayer, piadosamente, adoraban, y deshacer alegremente lo que pacientemente tardaron años en tejer?
Siento verdadera dificultad para comprender cómo Ahmedou había sostenido, por convicción y durante muchos años, que las autoridades de ocupación marroquíes constituyen el obstáculo redhibitorio ante cualquier emancipación de su pueblo y que, al cabo de algunos meses de sórdidos mercadeos con los verdugos de este último, considerar, previa obtención de insignificantes y vergonzosos privilegios, que estas mismas fuerzas de ocupación estando en el Sahara Occidental están en su casa y, por lo tanto, son bienvenidas.
Seguramente hará falta echar mano de psicólogos para diagnosticar y curar esta alocada e irresistible tendencia al suicidio que parece adueñarse, desde hace años, de una parte de nuestros cuadros que parecen totalmente dispuestos a vender su alma al mejor postor y decididos a no considerar la causa de su pueblo más que como una mercancía a trocar por pequeños y mezquinos privilegios personales.
Dicho esto, tras valorar la rabia sincera y la decepción profunda de Ahmedou, y conocer de muy cerca, por codearme con él en los últimos tiempos, las razones reales y supuestas de su amargura, digo dirigiéndome a los dirigentes del Frente Polisario, que ya es hora de que salgan de sus “burbujas”, de que cambien de estilo y de política, y de que se consagren a la tarea urgente de refundar, mientras sea posible, su movimiento sobre nuevas bases y según nuevos parámetros y criterios que den prioridad a las competencias y aptitudes en el cumplimiento de las misiones y de las tareas asignadas y no a las pertenencias tribales o étnicas.
He aquí algunas de las condiciones necesarias para la edificación de un Estado estable, sólido y fuerte que esté en situación de hacerse temer por sus enemigos y respetar por sus amigos.
Y por último, me empeño en recordarles a los futuros candidatos al suicidio, por si lo han olvidado, que los pájaros, para preservar su dignidad y orgullo, se esconden para morir.

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Este texto expresa la opinion del autor y no de los moderadores del foro.

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