25.12.22

UNA NOCHE EN EL DESIERTO

 

por ABDALAHI SALAMA MACHNAN
 
Hace un día espléndido. Soleado y cálido. Lo escribo con una sonrisa satisfecha y alegre; es domingo 4 de diciembre de 2022. Un grupo de amigos nos citamos en un punto geográfico entre el campamento de Auserd y la escuela de enfermería que colinda con la carretera principal. Concretamente en unas coordenadas donde están unas colinas del desierto bañadas de arena fina y suave, en la latitud 28.03 y longitud 1.65 que determinan la franja climática del sur de Argelia. Una zona cálida donde el Sol irradia muchísima vitamina D, y ocupa el cenit al mediodía.

Un encuentro fortuito, casual e improvisado. Mi gran amigo Ali Sidahmed, arquitecto de profesión y viejo camarada de la Universidad de Camagüey, es el artífice de organizar esta escapada, una invitación al reencuentro, a recordar momentos felices de nuestra juventud y a conectar con paisajes perdidos.

De pronto mi teléfono móvil suena, su run run me lleva directamente a ver la pantalla y en ella aparece el nombre de Ali, descuelgo y nos intercambiamos efusivos saludos en un ambiente cargado de emociones. Acto seguido me dicta unas instrucciones a seguir: Mañana sobre las 12h te espero frente a la puerta principal del ayuntamiento de Zug. Al día siguiente con una disciplina japonesa acudo a mi cita, siempre entendí que la puntualidad es una de las manifestaciones de respeto hacia la otra persona. A pesar de estar ataviados con un turbante de más de tres metros de largo; los saharauis por instinto nos reconocemos en la distancia. De un Land Rover Pick Up color gris azulado se apea Ali con su caminar pausado y seguro; nos fundimos en un caluroso abrazo, después aparece el Dr. Yahia, otro abrazo y por inercia la letanía de saludos y alabanzas. Reconocerse a través del tiempo y el espacio, conectar con escenas de un pasado que la memoria ha acabado idealizando, y sentirse bien: ese es el poder de la nostalgia. Estos reencuentros fortuitos son una válvula de oxígeno que nos retrotraen en el tiempo a un pasado señorial y brillante.

El Land Rover Pick Up color gris azulado, se pone en marcha, es una bestia de vehículo, es el camello mecánico del desierto. Durante la travesía hemos intercambiado más saludos, hemos platicado de casi todo, opiniones de índole social y político. Somos la historia de una generación – representada por este grupo – que carga con la frustración de no haber hecho cambios profundos en el país, sino lo que trazó la familia y la sociedad. Hemos renunciado a mucho en aras del consenso, no somos una generación escondida. La historia de este grupo de amigos aporta además un contenido axiológico: el valor de la amistad para soportar los embates de la vida.

En el punto de líneas acordado llega nuestro Land Rover Pick Up, allí estaba un turismo marca Mercedes Benz C190, abordo estaban dos chicos, bajaron a saludarnos, ambos dos también estudiaron en Cuba, se llaman Brahim Ergueibi y Lehbib. Después se sumaron dos compañeros más, se trata de Zrug Lula y de Cheibeta.

La comitiva se pone en marcha lenta surcando las dunas del desierto con rumbo al punto de coordenadas fijado. Llegamos a las colinas establecidas, bajamos todos los bártulos, enseres, la jaima y demás utensilios. Se colocaron los dos vehículos todoterreno en líneas paralelas, dejando un ángulo libre entre sí para la colocación de la jaima. Enseguida y por inercia como los mosqueteros de Alejandro Dumas: ¡Uno para todos y todos para uno!; empezamos a montar la jaima, poner la alfombra, fijar con nudos y cuerdas las esquinas de la jaima, encender la leña, preparar el Té, servir unos ricos dátiles, la leche de camella, un cordero listo para sacrificar y un tierno pan casero cocinado en la misma arena.

Hay una riqueza en este grupo a pesar de pertenecer a diferentes generaciones, reina la sintonía y el entendimiento. La riqueza esencial radica en que tienen un común denominador: Todos han estudiado en Cuba. Llama poderosamente la atención la versatilidad del más joven del grupo, no lo conocía, me refiero a Lehbib, es un chaval cargado de energía, tiene una capacidad genética y diestro en todo lo que hace, un joven de los nuevos tiempos: listo, ajustado a su época, un profundo conocedor del desierto y un alquimista.

Se anochece, se ve un cielo limpio y estrellado, sólo reina el silencio y la armonía. Nos servimos la cena y degustamos de un Té al carbón que tiene un saborcito cálido y dulce que dejaba la boca como un algodón húmedo. Salta la tertulia nocturna empezando por hablar de aquellos años lejos de la familia y sin muchos recursos. ¿Cómo era aquella vida? Era una vida sana, nos abruman los recuerdos, los olores, la gratitud. Porque una cosa es la pobreza y otra la escasez. Nosotros no éramos pobres, porque la pobreza surge de la comparación con la riqueza. Digamos, pues, que había escasez en los años que empezó a hacer mella el embargo económico a Cuba. Y eso de la escasez sólo lo aprendes cuando vas por el mundo y te entretienes en examinar y hurgar. Después saltó el tema de la actual crítica situación por la que atraviesa nuestro país, son tiempos difíciles, una clase política inepta que ha degradado los cimientos de la causa, gente que ha creado falsa imagen de una vida construida sobre la simulación, a la caza de la oportunidad. Una máscara moral con que ha vivido mucha gente en algún momento de su existencia: apáticos ideológicos dando lecciones, resentidos que sonríen al mal tiempo, oportunistas feroces vestidos de mansos corderos. Una y otra vez el denominador común es la corrupción y el engaño.

Acaba la conversación y es hora de pernoctar. La noche es infinita, no queremos astillarla. La noche es inoxidable, porque brilla más. La noche es una patria que a todos acoge. La noche en el desierto es una colcha suave, es el beso de una madre, es una musicoterapia que te transporta más allá de los asuntos mundanos que inquietan a la mayoría. Dejando atrás la mortalidad. Es una noche que se conservará como una melodía en un rincón de la memoria.

Y para el broche final a esta aventura, en el vuelo Chárter de regreso a Madrid, la lluvia emocional culminó con el encuentro con otros amigos y amigas de mi promoción: Galia Mustafá, Dra. Lehdia Mohamed Dafa, Mohamed Fdel, Ahmed Careca y Mohamed Nayem. Y para terminar, dejadme que os desee un pletórico año próximo.

ABDALAHI SALAMA MACHNAN.
sah_camaguey99[at]hotmail.com
25.12.22

-------------- Este texto expresa la opinion del autor y no de los moderadores del foro.


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7.12.22

LAS DOS CARAS DE PEDRO SÁNCHEZ

por Abderrahman Buhaia 

 El pasado lunes (28/11/22), en un homenaje en el Ateneo de Madrid a la escritora Almudena Grandes, fallecida hace un año, Pedro Sánchez vaticinaba: “Una de las cosas por las que pasaré a la historia es por haber exhumado al dictador del Valle de los Caídos”. Cuando uno escucha o ve esto, lo que siente es vergüenza ajena.

La vanidad y el ego, del tamaño de una catedral, de este hombre, lo han obcecado tanto que ha ignorado una premisa tan fundamental como simple: Es la Historia misma la que elige quién entra en ella y quién se queda al margen.

Se le ha olvidado que la Historia es un río enorme que fluye con un caudal potente y vertiginoso que solo deja en pie aquellos árboles firmes que tienen raíces sólidas, mientras que la hojarasca se queda en las márgenes y se desvanece en el olvido. En la parte baja de este río, suele haber también una laguna de aguas estancadas, donde se acumulan los residuos que destacan por su putrefacción. Eso es lo que hace la Historia con los hombres: A unos, los eleva a lo más alto, por sus virtudes y su valía; a otros, los olvida por ser evanescentes, y a otros, los arroja a la laguna de la ignominia, por infames y canallas.

Sr. Sánchez, si no fuera por la vena de maquiavelismo que le suponemos, casi podríamos pensar que es Vd. corto de luces al ponerse en ridículo de esta manera.

Sí, la exhumación del dictador del Valle de los Caídos es un acto simbólico loable. Pero, si detrás de ese acto, no existe una convicción profunda e incuestionable de lo que es justo y lo que no lo es, ese acto se queda solamente en eso: un mero acto simbólico.

Y Vd., Sr Sánchez, nos ha demostrado, y con creces, que la exhumación del dictador del Valle de los Caídos, es para Vd. un simple acto propagandístico con el que pretende colarse en el impetuoso caudal del río de la Historia, cosa que, al delatarle el subconsciente, Vd. mismo ha reconocido.

Vd., Sr Sánchez, es el hombre de las dos caras. En una mano sostiene una rosa, y con la otra estrecha la mano ensangrentada de un genocida, de un auténtico dictador nazi.

Sí, Sr. Sánchez, Su Mezquindad M6, al que Vd. adula y mima, es un auténtico dictador nazi, y encabeza un régimen terrorista, con todas las letras. Vd. lo sabe y el mundo entero también.

Su amigo M6, ha convertido el Sahara Occidental, que, hasta ayer, era la provincia 53 del Estado español, en un colosal campo de concentración nazi, cercado por un muro de 2720 Km –sembrado con minas de todo tipo–. Este muro, por su longitud y por la cantidad de minas sembradas en el mismo (entre 10 y 40 millones de minas) es considerado actualmente el mayor campo minado del mundo.

La policía del Majzén, imagen calcada de la macabra Gestapo, masacra, diariamente, desde hace más de cuatro décadas, la población civil saharaui –jóvenes, ancianos, mujeres y niños– pisoteando, a su antojo y a plena luz del día, los derechos humanos más elementales.

El número de saharauis desaparecidos en las oscuras fauces del Majzén (de los que nadie ha vuelto a saber) es desconocido. Lo único que sabemos es que son más de 600 almas. No hay forma de seguir su paradero. Quién osa preguntar por ellos, es inmediatamente engullido por la maquinaria nazi del Majzén.

En las cárceles de Kenitra, Maguna, Tazmamaret, la cárcel Negra del Aaiún y demás cárceles secretas del régimen nazi alauí, los presos agonizan y son vejados y torturados hasta la muerte, sin derecho siquiera a conocer los cargos que se les imputan, y mucho menos a aspirar a un juicio justo.

La faceta terrorista del régimen alauí, la práctica del terrorismo de Estado, no es algo nuevo en él, más bien, es algo estructural y sistémico que se remonta a su mismo nacimiento como Estado.

Los saharauis –y los españoles también– empezamos a conocerlo la noche del 22 de enero de 1975, cuando a las diez menos cinco, nos sobresaltamos por la explosión simultánea de tres bombas en diferentes lugares de El Aaiún.

A partir de ese día, se sucedieron en la capital, de forma intermitente y a lo largo de 1975, una serie de atentados –ejecutados por agentes bajo las órdenes directas del coronel Ahmed Dlimi– que segaron la vida de numerosos civiles (entre ellos niños de corta edad) y dejaron mutilados a otros tantos.

Al año siguiente, el ejército marroquí bombardea con napalm y fósforo blanco el campamento de Um Dreiga, en el que se había concentrado parte de la población civil – mayoritariamente ancianos, mujeres y niños– que huía de la represión, hacia la vecina Argelia. Las imágenes de mujeres y niños, diezmados por las bombas y tiznados de fósforo blanco, dan la vuelta al mundo, que, impasible, las contempla con indiferencia.

Rememorando aquellos trágicos días, no es descabellado pensar que, de alguna forma, el régimen terrorista alauí, no es ajeno del todo a la masacre del 11-M.

En la guerra que libra actualmente con el Ejército Popular de Liberación Saharaui, sale a relucir nuevamente la práctica del terrorismo de Estado que caracteriza al Majzén, utilizando sofisticados drones contra civiles indefensos. A pesar de que estos artefactos tienen una alta precisión, los teledirige intencionadamente con alevosía y ensañamiento, contra personas cuyo único delito es poseer algunas cabezas de ganado en medio del desierto o tratar de ganarse la vida a duras penas en este medio hostil, asesinando a ciudadanos saharauis, argelinos y mauritanos.

La criminalidad y el despotismo de este régimen no tienen límites. No duda en usar, con una crueldad despiadada y exenta de escrúpulos, la inmigración como moneda de cambio. Para coaccionar a Europa –y a España en particular– es capaz, como hemos visto el 18 de mayo de 2021, de arrojar al mar a sus propios ciudadanos (mujeres y niños incluidos).

A pesar de que tiene el Sahara Occidental cercado por el muro (de la vergüenza), arriba mencionado, introduce en Marruecos a miles de africanos desesperados, probablemente por vía aérea; les obliga a malvivir hacinados en los bosques del norte, y, cuando le conviene usarlos como medida de presión, les empuja a asaltar de forma tumultuosa la valla situada en la frontera que tiene con España. Las consecuencias dramáticas que ello conlleva, al perverso y corrupto Majzén no le inquietan ni le preocupan.

En las profundas y oscuras entrañas del Majzén, los estrategas del servicio secreto trabajan día y noche para esmerarse en conseguir los mejores resultados de la maquinaria de extorsión y propaganda majzení. Trabajan sin descanso para fomentar, crear y organizar, una amalgama de redes criminales, cuyo núcleo principal es la tríada temible: narcotráfico-tráfico de persona-terrorismo.

Estos, Sr. Sánchez, son hechos. Hechos objetivos y constatables. Y Vd, en vez de condenarlos y repudiarlos, alienta y encubre al régimen que los comete.

Volviendo a su vaticinio infantil, no pretenda Vd. arrogarse algo de lo que realmente carece.

Sr Sánchez, al igual que Carlos Arias Navarro, su nombre siempre estará ligado a la infamia de haber vendido el Sahara Occidental a un sátrapa mezquino que encabeza un régimen nazi y terrorista.

Si quiere saber dónde está su lugar en la Historia, búsquelo en la laguna de la ignominia.

02/12/2022
Abderrahman Buhaia
abder333[at]hotmail.com 

 

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5.12.22

L’ALGÉRIE ET LA MAURITANIE SONT TENUES D’’ASSIGNER LE MAROC DEVANT LA COUR INTERNATIONALE DE JUSTICE (CIJ) !

par Me Takioullah Eidda

Devant les atrocités commises par le Maroc au Sahara Occidental contre les civils sahraouis, Algériens et mauritaniens Il est du devoir juridique, morale, humanitaire et géographique, de l'Algérie et de la Mauritanie, d’assigner ce pays devant la Cour Internationale de Justice de La Haye pour répondre de ses actes illégaux et immoraux.

En effet, face à l'impuissance militaire apparente du Front Polisario et de son quasi-abandon par ses alliés, le Maroc bombarde et tue désormais, sans discernement, des citoyens innocents sahraouis, mauritaniens et algériens sans défense au Sahara Occidental.

Un territoire que le Maroc occupe et usurpe et sur lequel il ne détient pas la moindre légitimité!

L’Algérie et la Mauritanie, comme pays voisins, qualifiés par les résolutions de l'ONU comme étant pays concernés par ce conflit, qui n’a que trop duré, doivent s’adresser, séparément ou conjointement, à la Cour Internationale de Justice (C.I.J.) afin de dénoncer et mettre fin aux atrocités et aux exactions outrageantes du Maroc contre les innocents civils aux Sahara Occidental.

Cette initiative est d’autant plus impérative et urgente, que le Front Polisario ne possède pas la personnalité juridique qui lui permet de saisir la C.I.J.

En effet, les dispositions du traité constitutif de cette Cour, stipulent qu’elle n’a de compétence que sur les demandes qui lui sont adressées par les États membres de l’ONU et les organisations internationales multilatérales.

Maître Takioullah Eidda, avocat
Montréal, Canada.
eidda.avocat[at]hotmail.com
05.12.22

 

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2.12.22

La participación del Polisario en el congreso de la Internacional Socialista.

La gravísima desorientación de nuestra Política Exterior.

por Haddamin Moulud Said

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