6.4.19

LA MIGRACIÓN Y LAS REMESAS SAHARARUIS DESDE EL EXTERIOR


 por Abdalahi Salama Machnan

¿Cuántos inmigrantes saharauis censados oficialmente residen en el extranjero? 
 
La dificultad de la recogida de datos y las variables imprescindibles para una cuantificación fiable es bastante aventurada. Según las estadísticas del Ministerio de Zonas Ocupadas y Diáspora Saharaui estima que más de 40 000 saharauis han emigrado a países del Espacio Económico Europeo, Norteamérica, América del Sur, el Caribe y a otros Lares; una cantidad equivalente al 1,33% de la población actual (Estimación ponderada).

Partiendo de la importancia de las Remesas de los saharauis en el exterior (1), nos planteamos ¿Cuál es el peso de este colectivo en la economía colaborativa? Entendiendo por esta, como “el cajón de sastre”, donde coexisten acciones distintas, con una característica común: todas las iniciativas están basadas en las tecnologías de la información y comunicación, el conocimiento abierto, el consumo colaborativo, las finanzas compartidas y la producción colaborativa. La economía colaborativa procede de la expresión inglesa “Sharing Economy”, traducido literalmente: “Compartiendo economía”, si definimos Economía como la ciencia que busca satisfacer las necesidades humanas mediante los recursos disponibles que siempre son limitados.

A menos que creamos en nosotros mismos, nadie lo hará.
 
Dejando a un lado la situación del conflicto que lleva más de cuatro décadas; la retórica de la ONU ante la cuestión saharaui, por no decir, su incapacidad para aplicar el derecho internacional para la resolución del litigio. No obstante, y hablando francamente, los saharauis deberíamos estar agradecidos a este organismo internacional, porque gracias a la ONU nos hemos librado de todas nuestras ilusiones. Nos ha hecho comprender que, si necesitamos una mano amiga, la encontraremos al final de nuestro brazo. O sea, aquello que no hagamos por nosotros mismos, sin esperar nada de nadie, probablemente estaremos otros cuarenta años en el limbo del olvido, y viviendo un eterno brindis al sol. A menos que creamos en nosotros mismos, nadie lo hará: este, debería ser el nuevo paradigma de nuestro pueblo, es el consejo que debería seguir la diáspora saharaui para empezar a invertir en su territorio.

La reconstrucción de la zona liberada
 
Advertencias tibias, oídos sordos. Al menos por el momento. Los mensajes de muchos economistas saharauis desde hace mucho tiempo alertando de que ya es hora de coger la calculadora, hacer números, incentivar el crédito al consumo y pasar a los hechos tangibles inyectando liquidez para levantar infraestructuras elementales en las zonas liberadas. No será una tarea sencilla; ya que implica crear un fondo de inversión constituido por el aporte de toda la Diáspora Saharaui en el extranjero, y que este administrado por una Sociedad Gestora responsable de su gestión y administración, y por una Entidad Depositaria que custodia el efectivo y ejerce funciones de garantía y vigilancia ante las inversiones.

Al respecto seré más didáctico con la siguiente ilustración, pondré un ejemplo sencillo y práctico:
Si, los 40 000 censados en el exterior, hicieran una aportación mensual de 100€, tendríamos (40 000 x 100€ = 4 000 000€), al año harán unos = 48 000 000€.

Con esta recaudación inicial de: 48 000 000€, perfectamente se puede hacer lo siguiente:
  • Asfaltar las carreteras y caminos que van de las Zona Liberadas hasta el departamento administrativo de Rabuni y a la provincia argelina de Tinduf, con una población aproximada de 60 000 personas.
  • Asfaltar las carreteras y caminos que unen la zona liberada con el departamento administrativo y la mayor ciudad en el norte de Mauritania (Zuérat), con una población aproximada de 39 000 personas.
  • Construir un Bloque de viviendas en la zona de Birlehlu, de 100 unidades aproximadamente.
  • Crear un Red Eléctrica basada en el montaje de los paneles de energía fotovoltaica (Gigantes Placas Solares), produce el doble de electricidad que en muchos otros lugares. La energía solar— energía sostenible— tiene un impacto en la biodiversidad. Se trata de una nueva forma de cultura energética.
Para que la economía fluya, necesitamos confianza y seguridad jurídica.
 
Y eso, depende en gran medida de nuestra conciencia cívica y social, y de nuestras leyes. Por otra parte, actualmente tenemos un hándicap con relación a una dirección sexagenaria, de por sí, alérgica a los cambios. Debido a las políticas obsoletas y desfasadas en materia económica, —abandono total de las Zonas Liberadas—, dictadas a nuestros dubitativos gobernantes por la ONU, ha aumentado la desigualdad malogrando años de conquistas sociales. Esto ha creado un caldo de cultivo, donde los viejos caciques, el tribalismo galopante, el estancamiento de la causa y el egoísmo de algunos políticos corruptos amenazan la unidad y el porvenir de un pueblo implicado y dialogante. Y así, el horizonte de un espacio común de paz, prosperidad económica, bienestar, democracia, justicia social y desarrollo económico se desvanece. La economía que imponen los lobbies de Rabuni en detrimento de la ciudadanía, debe dejar de marcar el rumbo para dejar paso a un futuro de bienestar y progreso solidario; de lo contrario habremos cavado nuestra propia fosa.

Claro que no podemos esperar que nuestros políticos se encarguen de todo esto. Mejor aún; que ellos no se ocupen más de esto. Las políticas sociales hay que hacerlas con la gente, implicándoles a ellos, ser partícipes en su elaboración y en su puesta en práctica. La financiación será, a menudo, pública, porque hace falta el poder coactivo del Estado para recoger fondos. Pero no hace falta que la gestión sea pública: el tándem público– privado tiene mucho que decir sobre esto. Y para acabar, les recomiendo a nuestros políticos la lectura de una obra encomiable en materia económica, donde se demuestra que unas instituciones políticas con voluntad integradora que apoyan a instituciones económicas con carácter inclusivo resultan clave para una prosperidad sostenida. Se trata de: “Porque Fracasan los Países”, de los autores: Acemoglu y Robinson (2) ; en su obra plasman que dependiendo de las políticas que decida desarrollar un gobierno, acabará generando instituciones inclusivas o extractivas con independencia de su herencia histórica, de la zona geográfica en la que se encuentre, de la cultura, de los vecinos que tenga e incluso del clima imperante.
Aplicar políticas sensatas en las zonas liberadas, podría ser la llave de la solución del conflicto. Ya se han perdido más de cuarenta años en la cuneta, que deberían haber servido para levantar una infraestructura real y viable; los inversores se han cansado de esperar; todos pedimos a gritos estabilidad política y económica en las zonas liberadas; mientras que muchos ciudadanos siguen haciendo números para paliar la cesta de la compra del día a día en las áridas tierras de Tinduf, que ha subido más de lo previsto.

Al final todo va ligado intrínsecamente a la administración efectiva, a la gestión, a priorizar lo primero. La administración es disciplina, puesta en práctica.

ABDALAHI SALAMA MACHNAN
06.04.19
sah_camaguey99@hotmail.com

(1) Informe Remesas de emigrantes, sustento de familias y motor del desarrollo , PNUD
(2) En 2012, Daron Acemoglu, profesor de economía del MIT, y James Robinson de Harvard, publicaron un extenso libro con este título.

-------------- Este texto expresa la opinion del autor y no de los moderadores del foro.
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1 comentario:

Unknown dijo...

Estimado y amigo dalaas. Te agradezco infinitamente el encargarte de refrescarnos y de vez en cuando sacudirnos del letargo. Te felicito por tus inquietudes y especialmente en temás económicos. Basandome en tu articulo invito a diez amigos para que aportremos tan solo doscientos euros anuales y nos basta con diez para juntar dos mil anuales y los destinemos exclusivamente para abrir un pozo de poca profundidad para cualquier joven saharaui que quiera hacer huerta en las zonas liberas del sahara occidental. El préstamos es con carácter devolutivo al año para volverlo a invetir en otra huerta más. Un dato curioso la gente de mijek, amheriz y hasta zuerat se alimentan de las verduras traidas de argel.
La independencia es económica o hay que hacerla.
Gracias de tu hermano mojtar lebuehi.