التحليل، مقلق ... الإجراءات، تدق ناقوس الخطر
Una nota caracteriza las relaciones internacionales de la RASD: “el grave retroceso en términos de reconocimientos internacionales”.Hoy, 36 años después de haber constituido la RASD, el gráfico de reconocimientos, no sólo no avanza, sino que ha retrocedido a niveles de 1981. Es decir, si al número total de países que han reconocido a la RASD (84), le restamos el número de países que han retirado o congelado sus relaciones (36), nos quedamos en 48 países. Exactamente, el mismo número de países que reconocía a la RASD en 1981, cuando nuestras gloriosas unidades infligían severas derrotas al ejército marroquí en Gueltet Zemmur.
Aquí, un gráfico que muestra la evolución de los reconocimientos a la RASD.
Este dato es de suma importancia, puesto que, por ejemplo, esa evolución explica la grave derrota que hemos sufrido cuando Marruecos accedió, en 2012, a un asiento no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU. Y no sólo es una grave derrota nuestra (recuérdese que Marruecos recibió 153 votos ¿dónde estaban, entonces, los 84 países que reconocen a la RASD) sino, y esto es lo peor, que hemos arrastrado, a la Unidad Africana, hacia el fracaso puesto que dicha Organización había apostado por dejar fuera del Consejo de Seguridad, a Marruecos, apuesta que terminó perdiendo.
Por otra parte, dos notas caracterizan la Política Exterior del POLISARIO: a) fiasco en el Proceso de Paz y, b) una patológica incapacidad para conseguir más reconocimientos o, al menos, detener la sangría de retiradas y congelaciones de relacione con la RASD.
En un escenario como éste, es evidente que la nota que exigiría cualquier guión de actuación se llama Regeneración del Cuerpo Diplomático. Se quiera admitir o no, no existe alternativa a la inyección de savia nueva. Y esto lo sabe Abdelaziz y sus asesores.
Sin embargo nada de esto ha sucedido. En la categoría de Embajadores y Representantes sólo ha habido una única incorporación menor de 45 años. Pero esta incorporación (una mujer), tampoco, lo ha sido por su juventud ni por su condición femenina, sino por el pedigrí que otorga el hecho de tener vínculos familiares con la Primera Dama. Exactamente, el mismo pedigrí que ostenta uno de los tres únicos que han sido ascendidos a la categoría de Embajadores.
Por lo demás, en términos porcentuales, la presencia de caras nuevas, al margen de la edad, apenas ha alcanzado el 11% del total. (15%, en la categoría de Embajadores, y el 8%, en la categoría de Representantes). Con un dato curioso, casi la mitad de ese 11% de caras nuevas ostentan el pedigrí antes mencionado.
En el pasado XIII Congreso del POLISARIO, fue aprobada la resolución que impone la presencia de 4 mujeres en el Secretariado Nacional Saharaui y sin embargo, no existe ni una sola mujer en la categoría de Embajadores. En la de Representantes, las mujeres, apenas suponen un 11% del total de Representantes del POLISARIO.
En lo que respecta a España, recordemos este dato: en fecha 02-10-1985, el Gobierno socialista de Felipe González había expulsado al Representante del POLISARIO para Europa, cuya sede se encontraba en Madrid, dejando inexistentes las relaciones con España. Pero la cosa no acaba ahí. Todavía hay algo peor a que te expulsen: “que vayan a tu casa para convencerte, justamente, de lo que rechazas”. Y ese algo pero, a nosotros, nos ha sucedido.
Desde entonces, desde 1985, nos las hemos visto negras para enderezar esa relación y luchar para que España vuelva a asumir una posición, como mínimo, neutral. Y sin embargo, el 10-04-2007, otro gobierno socialista, el de Zapatero, aún pretendía enviar, a Tinduf, una delegación del PSOE a fin de convencer al POLISARIO, para que acepte una autonomía en Marruecos. En efecto, ese algo peor temible, nos ha sucedido.
Por lo demás, la actuación de España en el caso de Minetu Ali Haidar y su negativa a denunciar la masacre de Gdeim Izik, reflejan a las claras lo que hemos conseguido de España en estos 36 años. Es decir, en España, no sólo no hemos avanzado, sino que hemos retrocedido. Estamos peor que en 1985.
Estos datos y hecho reales no hacen sino corroborar lo que ya había reconocido, abiertamente, Ahmed Bujari, cuando dijo aquello de “la posición española se dirige, con toda probabilidad, hacia la colisión con los intereses del pueblo saharaui”.
En un escenario como este, lo lógico sería concluir que la estrategia seguida hasta ahora, ha sido un fracaso olímpico. Ese intento de influir en la posición oficial española, mediante la interacción con la sociedad civil, no ha servido de nada. Es decir, habrá muchos kilos de arroz, muchas sonrisas veraniegas y mucho cine en Semana Santa, pero la posición oficial española seguirá siendo mortalmente lesiva para nuestros intereses.
La consecuencia de una conclusión así, sería la reducción drástica del número de personas destinadas a España. ¿porqué? Muy sencillo: para interactuar con la sociedad civil española no hace ningún Delegado del POLISARIO. Al fin y al cabo, Caro Baroja, J. R. Diego Aguirre, Francisco Villar, Jaime de Piniés, Felipe Briones y el brillante Carlos Ruiz Miguel han hecho mucho más que todos los Delegados y sus adjuntos juntos.
Y con una crisis económica tremebunda, que ha convertido en migajas toda la ayuda humanitaria que se podría recoger, tampoco, nuestros responsables, han visto la necesidad de reducir el personal. Al contrario, el número de personas destinadas a España supone más de una quinta parte de todo el personal adscrito a nuestro Ministerio de Exteriores.
Y más allá del aspecto cuantitativo, el personal destinado a España sigue siendo, esencialmente, el mismo. ¿Cabe esperar que esta gente haga, en los próximos años, lo que no ha hecho en los últimos quince años?
Haddamin Moulud Said.
ibnuabirabiaa[at]yahoo.es
30.09.12
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