Puede que la independencia del Sahara Occidental no sea una cuestión de la próxima semana. Pero lo que le está pasando a Marruecos es algo, verdaderamente, dramático. Nunca, antes, Marruecos, las había visto tan negras como ahora, en la cuestión del Sahara Occidental.
La intención de los USA de presentar, al Consejo de Seguridad, una Propuesta para la ampliación del mandato de la MINURSO, ha colocado a Marruecos en la posición de un Estado paria. Recordemos los hechos:
USA presenta un borrador de Resolución del Consejo de Seguridad que incluye una cosa tan normal como que la MINURSO se ocupe de la supervisión de los DD.HH. ¿Y qué postura ha adoptado Marruecos, entonces?: La peor.
Para tumbar esa Propuesta, Marruecos, ha tenido que emplear todos sus recursos, viaje del rey incluido, para, al final, dibujar el peor de los cuadros posibles: “aparecer, ante el mundo entero, como un adversario de la supervisión de los DD.HH en cualquier lugar del mundo”.
Muchos Jefes de Estado realizan viajes a Washington y otros sitios para firmar convenios comerciales, aprobar Tratados o, incluso, asistir a funerales de personajes de la talla de Nelson Mandela. Pero realizar un viaje Real, cuya única finalidad, es oponerse a la supervisión de los DD.HH, tiene premio.
Ciertamente, ese cuadro tiene un coste. Y ese coste es lo que está pagando Marruecos.
El problema del Palacio Real marroquí es que no calculó bien que esa eventualidad, la de la Propuesta USA, es una eventualidad cíclica. Es decir, en todos los meses de abril, ese fantasma vuelve a planear sobre los cielos de la ONU. Y, consiguientemente, resulta mortal, para la imagen de Marruecos, organizar un viaje real a Washington, en cada mes de abril, con la única finalidad de oponerse a la supervisión de los DD.HH. Una auténtica espada de Damocles a la que es difícil vencer.
A ese fantasma que sobrevuela, cíclicamente, los cielos de la ONU, se ha unido otro fantasma que, esta vez, sobrevuela los cielos del norte de Europa. El posible reconocimiento de la República Saharaui por Estados tan serios como los del norte de Europa.
Ante este letal panorama, Marruecos, ha esbozado una estrategia que, por lo que va apareciendo, está resultando un fracaso en toda regla. Veamos.
UNO.- Consciente de que en el tema de los DD.HH, terminará dando su brazo a torcer, sino quiere arrastrar a la altiva Francia hacia la categoría de los Estados paria, quiere, ahora, evitar el choque frontal y emplear una política de alianzas internacionales que, eventualmente, puedan suplir el vacío dejado por Francia. O, dicho en el lenguaje de un embajador francés, para suplir los arrumacos de cama que, a Francia, ya no le apetecen.
DOS.- Para eso, es decir, para trabar relaciones internacionales sólidas, Marruecos, acaba de darse cuenta de algo que jamás debió pasar por alto: su lugar natural no son las monarquías del Golfo ni, tampoco, la Unión Europa, sino África. Consciente de eso, Marruecos, se ha embarcado en una frenética actividad diplomática para, a) retirar reconocimientos a la RASD y, b) conseguir apoyos en África, su lugar natural.
Para retirar reconocimientos a la RASD, Marruecos, no ha tenido más remedio que aliarse con el hampa internacional, con los consiguientes costes para su imagen. Basta ver la relación de países que retiran su reconocimiento para comprobar que el denominador común en todos ellos es: la droga, la corrupción y los Estados fallidos. Es ahí, en aquellos Estados, donde concurre alguno de esos tres elementos donde, Marruecos, obtiene éxitos. Esa, poco honorífica, posición en el ranking mundial de producción de cánnabis, que ocupa Marruecos, es un buen tobogán y, también, un buen medio, para relacionarse con el hampa internacional.
TRES.- Consciente de que, tanto en USA, como en Europa, empieza a perder influencia, Marruecos, se decide a embarcarse en África. Por eso el lema que, últimamente, se repite mucho en Rabat, es el de “ganarse a África y volver a la Unión Africana”. Y, para ello, nada mejor que una gira del Rey por África. Una gira con dos Visitas Oficiales de Estado (Mali y Guinea Conakry) y dos visitas normales (Côte D’Evoir y Gabón). Lo que sucede es que los resultados, de momento, son un fracaso de dimensiones gruesas.
En Mali, las cosas han salido tan mal que, incluso, cierta prensa marroquí se pregunta qué resultado se ha obtenido si, en el comunicado conjunto final, no aparece la tan deseada alusión al plan de autonomía marroquí?
En cuanto a Guinea Conakry, el asunto roza la risa. Mientras, África entera se reúne en Nigeria, presencia incluida de François Hollande, y también del Presidente saharaui, Marruecos, tiene que mendigar que, al menos, algún bedel o conserje se digne en recibir a su Rey en Conakry, capital de Guinea Conakry, puesto que el Jefe de Estado y su gobierno se han ido a Nigeria, donde se encuentra el verdadero pastel, dejando a Mohamed VI y sus, ojo, 600 acompañantes, esperando en el país vecino. Ahora andan buscando hueco entre el lunes o el miércoles próximos, porque, el presidente de Conakry tiene otro compromiso en Ghana la semana que viene.
CUATRO.- Por si faltaba algún ingrediente, mientras el Rey está de safary por África (a juzgar por sus resultados, más que visitas de Estado, pueden catalogarlas ya de safaris), se produce la mayor crisis en las relaciones franco marroquíes desde su independencia. La invisibilidad del Rey en esta crisis y su resistencia a intervenir invitan a pensar que, por encima de todas las consideraciones, Marruecos, está convencido que, en Europa y USA, le queda poco tiempo y que es, en África, donde tiene que batallar.
Y un dato final, ayer mismo el Departamento de Estado USA ha hecho público su Informe anual sobre la situación de los DD.HH en el mundo. Informe, en el que, de nuevo, Marruecos, vuelve a ganar todos los puntos como para que USA vuelva a presentar, en abril de 2014, un borrador de Resolución idéntico al que presentó en abril de 2013.
Haddamin Moulud Said.
ibnuabirabiaa[at]yahoo.es
28.02.14
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