por Huneifa ibnu Abi Rabiaa
La, sobradamente, legítima decisión del Gobierno de España de mandar, en viaje institucional a las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, al Rey Juan Carlos I, ofrece, dicha decisión, cierta resistencia para la comprensión de su significado, motivación y finalidad última.
Que el Jefe del Estado visite Ceuta o Melilla debería ser tan normal como visitar Teruel o Soria. Pero las peculiaridades del caso, aconsejan cierta prudencia para decisiones de tal envergadura.
Al margen de la indubitada soberanía española sobre ambas ciudades, Marruecos viene planteando ciertas reivindicaciones desde hace tiempo. Reivindicaciones que, por otro lado, cuentan con el único aval de la insaciable voracidad de un régimen territorialmente goloso. Ello, unido al hecho de que desde hace más de ochenta años, ningún monarca ha pisado aquellas tierras, viene a otorgar cierta singularidad a la idea de programar una vista Real a las ciudades españoles del norte de África.
Esa singularidad está en la base de las dudas sobre la motivación exacta de esta visita Real. ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Qué se obtiene?
La explicación, procedente de Marruecos y dada por válida en España, según la cual el motivo de esta visita es un motivo electoralista, por el que el PSOE viene a competir con el PP en mostrar su patriotismo español, no es, esa explicación, digna de ser dada por cierta.
Y no lo es porque el patriotismo español no se juega en Ceuta o Melilla. Es en otras plazas y en otras calles, donde los rivales, PP y PSOE, se acusan recíprocamente, de ser más o ser menos patriotas españoles. El tan traído patriotismo español, por lo demás, seguirá siendo un patriotismo light mientras no se gane una posición digna en el Campeonato Mundial de Fútbol. Entonces si que veremos las calles inundarse de banderas españolas.
No es, pues, el ánimo de competir con el PP lo que ha motivado esta visita Real. Aunque réditos electorales, tenerlos, los tiene. Pero no será por arañar votos del ala izquierda del PP.
Al ser, Ceuta y Melilla, unos territorios sobre los que Marruecos plantea cierta reivindicación, es evidente que la programación de la visita Real ha sido analizada a la luz de las posibles consecuencias que podría generar.
Todo observador, por lo demás, sabe que el pilar básico, en Marruecos, es la expansión territorial. De hecho, en Marruecos, se puede estar a favor del gobierno o a favor de la oposición. Se puede llevar o no el velo. Se puede ser creyente piadoso o emborracharse todos los viernes. Se puede emigrar en patera o ser consumidor de hachis. Pero lo que nadie osa cuestionar es, lo que ellos denominan, la integridad territorial.
Así las cosas, tampoco resulta muy creíble eso de que Moncloa no esperaba semejante reacción. La diplomacia española es fiel testigo de la insaciable voracidad territorial del régimen y, a buen seguro entraba en sus cálculos la intensidad de la reacción marroquí ante esta visita Real. Más aún, la habilidad de Sarkozy para mantener buenas relaciones tanto con Argelia como con Marruecos es vista con mucha envidia desde la diplomacia española y seguramente entraba en sus cálculos el que esta visita pueda conseguir, justamente, el efecto contrario a Sarkozy, es decir: enemistarse, por igual, tanto con Argelia como con Maruecos. Luego no se pueden excusar diciendo que no contaban con que esto podía ocurrir.
Igualmente, es del todo falso que Marruecos no sabía de esta visita Real hasta hace una semana. Un viaje Real, a semejante sitio, no se prepara de una semana para otra. Pero tampoco, el muy presente en España, lobby promarroquí es tan sordo como para no haber captado y registrado todos los detalles de esa visita Real.
Por otra parte, si lo habitantes de ambas ciudades llevan más de ochenta años sin recibir a un monarca español, tampoco iba a producirse una calamidad si la visita no se produce en el 2007 o en el 2008. De hecho, ZP ha sido el primer Presidente de Gobierno que las visita desde los tiempos de Suárez. Con lo que ya han recibido, en forma de metadona, su dosis de representación institucional. Si garantizado estaba que, mientras ZP esté en el poder, los ceutíes y melillenses no iban a tener mucho ‘mono’ de representación institucional ¿porqué, ahora, esta sobredosis?
Yo, y en estas lides quizás sea el menos indicado para hablar, no creo que los motivos sean electorales, ni que sean para caer bien a los ceutíes y melillenses ni nada por el estilo. El grado de alta representación del Estado que ostenta el Rey, no puede responder a semejantes menudencias.
Para mí, la decisión tomada por ZP de programar la visita de los Reyes de España a las ciudades de Ceuta y Melilla, entierra definitivamente cualquier posible acercamiento del PSOE a la Causa Saharaui. Con esta visita Real, el PSOE afianza aún más su posición del lado de Marruecos en el asunto del Sahara Occidental.
ZP le viene a decir a Marruecos: “te apoyo en tu anexión del Sahara Occidental, pero te planto a los Reyes en Ceuta y Melilla y te lo tienes que tragar porque, justo en estos momentos, no puedes prescindir de mi en esa empresa tuya a la que dedicas tantos recursos: la anexión del Sahara. Además, te prometo mi apoyo a tu especial concepto de autodeterminación. Y si decides acudir al Tribunal Internacional de La Haya para que éste se pronuncie sobre el significado de dicho concepto, yo apoyaré tu tesis. Pero, a cambio, me vas a consentir que me apunte un tanto haciendo lo que ningún gobierno ha hecho desde 1975: una visita Real a Ceuta y Melilla”.
En fin, esta visita aviva, ante los ojos de la opinión pública española, la ferocidad con que Marruecos defiende lo que cree que es suyo, incluso, frente a un aliado como España. El mensaje subliminal de esta visita es: “Ya ves. Si por visitar dos sitios tan españoles como Ceuta y Melilla, Maruecos, entero, se levante en cólera, ya puede, el Movimiento Solidario, ir olvidándose del Sahara”.
La prueba del nueve será lo que ocurra de aquí a un mes o dos. Si todo vuelve a la normalidad. Si la cólera marroquí, tan oportunamente aireada en los medios de comunicación españoles, remite. Todo habrá sido en falso. No habrá sido más que un teatro para mostrar a la opinión pública una versión distinta a la real. Entonces comprenderemos que, tanto España como Marruecos, estaban al corriente de esta visita, que todo el guirigay estaba programado y que, otra vez, han querido mentir a la opinión pública.
Huneifa ibnu Abi Rabiaa. A 25 de Al Fatr Al Awal del año XXXIV de la fundación del F. POLISARIO
--------------
Esto texto esprime la opinion del autor y no de los moderadores del foro.
Ce texte exprime l'opinion de l'auteur et n'engage pas les modérateurs du forum.
This text exprimes the opinion of the author and not of the moderators of the forum.
5.11.07
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Y no tenga duda, señor huneifa, que la prueba del nueve del teatro, se dará y pronto. Es más, con todo eso, el psoe justo ahora, hace ver que ha dejado de hablar del sahara, para precisamente hacer del sahara,la piedra que mata dos pájaros: neutralizar el movimiento de solidaridad con vistas a la cita electoral y apuntar un tanto de reafirmación con la visita de los reyes como trueque de favores con marreucos pero...una vez asegurada otra legislatura - que concide a más a más con el próximo fin de mandato de la minurso(para entonces se habrán valorado algunas conclusiones de las negociaciones) - seguirá sacando réditos al tema volviendo a arremeter ante la opinión pública, esta vez doblemente fortalecido ya que, ni su cambio de posición con el sahara le haya podido afectar, aduciendo que el previsible fracaso de las negaciones no se le pueda atribuir (aun cuando haya sido y lo declara, su principal alentador) ni algo como una visita ceuta y melia le puede desbancar, despues de todo, dirá: he revisado de un plumazo 13 estatutos de autonomia y he intentado un proceso de negociacion para el conflicto en el pais vasco.
Segun estos inspirados comentaristas para que la traicion final se verifique se necesitaría que España rompiese relaciones con Marruecos. Asi se podría colar de rondón cualquier política antisaharaui.
Creo que es mas lógico pensar que el viaje se inscribe en la necesidad convergente del Rey y de Zapatero de demostrar "españolidad" a tope despues de unos meses algo jodidillos.
La escenificación de la nueva traición al pueblo saharaui no necesita para nada justificarse mediante números de circo.
Como decía mi padre "come se que te gusta el arroz con leche por debajo de la puerta te meto un ladrillo"
Publicar un comentario