Se repite la misma escena:
Pequeñas unidades ágiles y gráciles, con elevadísimas dosis de capacidad de sacrificio y con una moral inalcanzable, consiguen derrotar a los altamente pertrechados muros de Marruecos.
En esta ocasión, el muro, es la legislación marroquí. Y nuestras pequeñas unidades concentran toda su potencia de fuego en un tramo concreto de dicho muro, un tramo que condensa toda la ocupación del Sahara Occidental: La pretendida integridad territorial de Marruecos.
La embestida, la embestida de nuestras pequeñas unidades, no es una empresa fácil. Pero, hogaño, al igual que antaño, hay mujeres y hombres dispuestos a ello.
Hoy, todas, absolutamente todas las manifestaciones que se realizan en las ZZ.OO son ‘ilegales’. Es decir, quienes las llevan a cabo no tienen la autorización para ello. Al carecer de la autorización que exigen las autoridades de ocupación están condenadas, todas, a terminar en porrazos. Hoy, todas las manifestaciones son una garantía segura de enfrentamiento con la policía.
Y, en este punto, quizás, se esconde el valor añadido que, a menudo, desconoce la población de los Campamentos de Refugiados: Quienes organizan las manifestaciones y quienes asisten a ellas saben que no están autorizadas. Y, por tanto, la policía, está esperando para disolverlas por la fuerza.
El trasfondo, pues, de las batallas que se libran, a diario, en las calles de El Aaiún, no es otro que el de tumbar y derribar este dique de contención con el que, Marruecos, pretende coser a balazos, la libertad de expresión, de asociación y de reunión de los saharauis.
Pero la batalla no es fácil:
La constitución marroquí, en su redacción de 2012, establece como límite a los partidos políticos y demás organizaciones: “el respeto al régimen monárquico” y a “la integridad territorial del reino.”
Más concretamente, el Dahir N º 1.58.376, de 15 de noviembre de 1958 sobre regulación del derecho de asociación, en su versión modificada por la Ley N º 75.00 de 2002 y la Ley No. 36.04 de 2006, impide el acceso, al Registro de Asociaciones, a aquellas asociaciones que atenten contra la integridad territorial del reino. Y si una asociación no está registrada y, por tanto, no está legalizada, difícilmente, va a poder pedir una autorización para una manifestación o, siquiera, para una simple reunión. Hete aquí, pues, el meollo y el valor añadido de la cuestión: Las manifestaciones, nuestras manifestaciones, son siempre ‘ilegales’ desde el prisma marroquí.
En este punto, adquiere especial relevancia la declaración oficial del Ministerio de Asuntos Exteriores de Francia, cuando dice que “hay que respetar el derecho a la manifestación pacífica”. Es un serio tirón de orejas dirigido a Marruecos para que adecue sus disposiciones internas a la legislación internacional.
Tanto los organismos internacionales competentes en materia de DD.HH, como las grandes ONGs que operan sobre la materia, vienen denunciado estas limitaciones al derecho de asociación, expresión y reunión.
En el párrafo 131 del Informe sobre el último Examen Periódico Universal, de junio de 2012, donde Marruecos interactuó con los demás Estados, se dice:
131. Las recomendaciones que figuran a continuación no contaron con el apoyo de Marruecos:Por su parte, el Departamento de Estado USA, en sus sucesivos informes anuales sobre DD.HH en el mundo, insiste en la violación del derecho a la manifestación en las ZZ.OO del Sahara Occidental. Otro tanto registran en sus Informes, HRW, AI y el RFK Center.
131.4 Garantizar que los procedimientos que regulan el registro de las organizaciones de la sociedad civil, incluidas aquellas que defienden el derecho del pueblo saharaui a la libre determinación, cumplen las normas internacionales (recomendación noruega);
Es decir, Marruecos, sigue oponiéndose a la idea de permitir que las asociaciones saharauis puedan registrarse como tales asociaciones y, así, operar legalmente. Al no estar legalizadas, nuestras asociaciones, operan al margen de la ley marroquí. Todo cuando hacen o dicen es ‘ilegal’ para Marruecos. Cuando salen a la calle saben, de antemano, que la policía les espera, pistola en mano.
De este modo, las manifestaciones en las ZZ.OO, no son más que la prolongación natural de las batallas que nuestras unidades, en los años de gloria, llevaban a cabo contra el invasor marroquí. Ahora y entonces, se sale a guerrear.
Haddamin Moulud Said.
En Valencia, a 30 de abril de 2013
ibnuabirabiaa[at]yahoo.es
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