12.11.08

LA BRÚJULA DE LA POLÍTICA MARROQUÍ. EL DISCURSO DEL REY

por Haddamin Moulud Said

El discurso de Mohamed VI con ocasión del aniversario de la Marcha Verde, constituye una nueva oportunidad para tomar el pulso a la posición de Marruecos en el conflicto del Sahara Occidental. Más que tomar el pulso, en rigor, sería para cerciorarnos de que la cuestión saharaui es la que guía, la que orienta o sirve de brújula, tanto a la política exterior como a la política interna de Marruecos. O hilando más fino, si se prefiere, toda la política interna y externa de Marruecos está supeditada al tratamiento dispensado al problema del Sahara Occidental.
En la ciencia política, la integridad territorial pertenece a una constelación de ideas que se encuentra a una distancia sideral de esa otra constelación de ideas coronada por la descentralización del poder y la regionalización del Estado. La insistencia marroquí en el principio de la integridad territorial ha asentado a Marruecos en esa primera constelación, porque tal principio juega como una fuerza centrípeta que atrae hacia el centro del poder, todo lo que se mueve a su alrededor. De ahí la distancia sideral con otras ideas políticas más descentralizadas o regionalizadoras.
Y en un Estado tan centralizado como Marruecos, donde el artículo 19 de su constitución dice lo que todos sabemos que dice, y donde el rey reina y, también, gobierna, hay que preguntarse: ¿Qué ha pasado en Palacio para adoptar esta nueva estrategia? ¿ a qué razones obedece el nuevo rumbo? Por otra parte, la elección del lugar, modo y momento para lanzar la nueva estrategia no es baladí. Luego, es evidente que su inserción en el discurso real del aniversario de la Marcha Verde le otorga la solemnidad y formalidad suficientes para guiar la nueva política marroquí y lo vincula, directamente, con la forma en que el Majzén pretende abordar, en el futuro, la cuestión del Sahara Occidental.
Dos elementos destacan como probables motivos que han empujado al Palacio a tomar el nuevo rumbo:. UNO, la seguridad de que la Propuesta de Autonomía no cuela; y DOS, la pérdida de fuelle del CORCAS y, especialmente, la caída libre de su presidente, Jalih’elhum’ uld Rachid.
Empezando por lo último, la inasistencia del CORCAS a la cuarta y última ronda de Manhasset indica la poca utilidad que presta ya dicha creación monárquica. Digamos que el CORCAS ya ha concluido su función. Además, la designación de algunos de sus miembros en misiones alejadas de él, como el envío de uno de sus miembros a la Embajada de Marruecos en Angola y similares, revelan la voluntad del Palacio de desintegrarlo por la vía lenta, de vaciarlo de sus miembros. Y en cuanto a su presidente, su impopularidad, unida a los escándalos de corrupción que le salpican, es tal que, incluso, al Palacio le cuesta ya lo imposible defenderlo ante su propia opinión pública interna, por no decir que su enemistad con el factótum de Palacio, Ali Hima, lo ha enviado, directamente, al cementerio de la política.
Y en cuanto al primero de los elementos, el del fracaso de la Propuesta de la Autonomía, Marruecos parece inferir que los términos laudatorios con que se han expresado algunos Estados no significan, tales términos, un respaldo a su ocupación, sino más bien un aflojamiento de la presión que venía recibiendo. Por si faltaba poco, la fortaleza del POLISARIO para que su propuesta se mantenga sobre la mesa, en igualdad de condiciones que la marroquí, ha terminado por convencer a Marruecos de que , la ONU, jamás adoptará su propuesta como la única para aplicar en el Sahara Occidental. Con este discurso, todo parece indicar que ya se ha desechado (debido al fracaso) la idea de la Autonomía y, ahora, se piensa en otra cosa: la regionalización de Marruecos y dentro de ella, claro está, otorgar un estatuto regional al Sahara Occidental
Así, el discurso de Mohamed VI traslada, de modo nítido, a todo el mundo la imagen de que la cuestión saharaui es la que guía su política interna y externa. Pero lo concluyente del caso es que ya nadie puede dudar del juego de Marruecos. Es decir, la poca linealidad de su posición en el Sahara Occidental, debe empezar a cansar a sus más fieles aliados. Esto es, los constantes virajes de la posición de Maruecos deben empezar a marear a sus amigos. Quince años defendiendo, directamente, la marroquinidad del Sahara; casi diez años defendiendo la idea del Referéndum; poco menos que cinco años aferrándose a la idea de la Autonomía; y ahora, la regionalización. Parece bastante agotador, incluso, para sus propios pensadores.
En fin, el recurso del monarca a tales zigzagueos, deja en evidencia a los apologistas del Majzén, tipo Bernabé López García y, también, deja con cierta parte del cuerpo al aire, al mismísimo Zapatero. Porque tal recurso es la revelación más clara de que ni si quiera en Marruecos tenían mucha idea de la fantasiosa propuesta de la Autonomía tan aireada por Bernabé y bendecida por Zapatero.
Haddamin Moulud Said, Valencia (España), a Valencia (España), a 10 de Al-Fatr Athani del año XXXV de la creación del F. POLISARIO.
ibnuabirabiaa@yahoo.es

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