29.4.19

EL CAMINO RECORRIDO

 por Dr: Emboirik Ahmed

La firma del alto al fuego y la aceptación del Plan Baker, colocó a los saharauis en un escenario de guerra de cuarta generación que desplazó el teatro de operaciones de un enfrentamiento directo en el campo de batalla, a un nuevo escenario donde el factor psicológico y la propaganda adquieren el papel principal para conseguir, la mayor parte de las veces a través de campañas sistemáticas de desinformación y manipulación, objetivos de control social, político y militar, sin utilizar la confrontación armada.

En este marco la proliferación de sutiles argumentos que cuestionan la profundidad estratégica del nacionalismo saharaui, pretenden arrastrar el debate a territorios políticos estériles pero siempre peligrosos que nada aportan a la consolidación del proceso de Liberación Nacional Saharaui.

Con este articulo, extraído de un trabajo anterior, pretendo señalar la irreversibilidad de la lucha del pueblo saharaui, que no es un producto tribal ni nació hace escasas décadas. El compromiso activo y sincero debe constituir el alfa y el omega de todo patriota, para llevar a buen puerto esta digna empresa y no entregar a nuestros hijos la incertidumbre como futuro.

La historia de la resistencia anticolonial Saharaui es una expresión del sentimiento de colectividad con un territorio, lengua, religión…, que se reactiva automáticamente ante la existencia de un peligro exterior. La historia del Sáhara se entiende y explica sin tener que recurrir a simpatías o adhesiones a ningún país extranjero, sea este Marruecos o Mauritania. Existía un pueblo con conciencia de pertenencia y dominio territorial que no estaba en el marco de otro Estado, ni se justifica su existencia por el concurso de agentes exteriores.

Podemos constatar tanto en el año 1970 como años después, con la creación del Frente Polisario, que la respuesta popular de apoyo a esos movimientos no es consecuencia de una ardua, dura, larga y difícil labor de proselitismo, sino que la respuesta en ambos casos fue inmediata, amplia y generalizada, lo cual evidencia que en el Sáhara Occidental, a pesar de estar ocupado sucesivamente por dos potencias extranjeras, el concepto de nación y de nacionalidad propia y diferenciada está profundamente asentado en el pueblo. Cuando afirmamos esto, no negamos la importante labor de las respectivas organizaciones en el encuadre y dirección del proceso, sino señalamos que sin la existencia previa de factores primarios como la etnicidad, la lengua, la religión, el territorio, y factores reactivos en la búsqueda y defensa de la identidad nacional, el proceso se enfrentaría a ciclos temporales diferentes, y no reflejaría la potencia hegemónica del nacionalismo saharaui desde su inicio. La propia ocupación española y la posterior agresión de los países vecinos jugaron un papel en ese asentamiento, consolidando y reavivando el perfil de nación, creando nuevos símbolos que fortalecen aún más sus raíces.

Dominados por una nación extrajera que había definido y trazado los caminos a seguir con una visión y prevalencia de intereses foráneos a cualquier precio, los nacionalistas Saharauis consideraron necesario comenzar a definir un camino nuevo. Al no existir grandes desequilibrios sociales ni profundas distancias económicas, se facilitaba ese tránsito para consolidar la identidad nacional. A diferencia de las sociedades vecinas donde la complejidad social era más evidente, con sus emiratos, sultanatos, cofradías, tribus, el nacionalismo Saharaui se enfrentaba sobre todo a un problema sociopolítico de importancia como el tribalismo, que podía significar un obstáculo real susceptible de ser empleado por el poder colonial al estar bastante arraigado en la mentalidad colectiva. Sin embargo, la lucha por la identidad, en este caso, al no existir esas distancias culturales entre los actores; una sola religión, un único idioma, un solo colonizador, se facilitaba esa lucha ya que todo Saharaui se reconocía en el otro. Sáhara Occidental es para el nacionalismo una realidad única, en su diversidad, que no guarda ningún tipo de analogía con el colonizador. En el despertar de ese nacionalismo de forma organizada, sin que la Administración tuviera conocimiento, se puede apreciar la existencia de elementos de ligazón social preexistentes, muestras de un devenir social de larga duración. Se comienza un largo recorrido partiendo de una identidad sólida y cohesionada que se considera propia y ampliamente compartida, y que por ello no hay que hacer un gran esfuerzo para definirla.

El hecho, además, de ser reivindicada por países vecinos, potencia aún más los mecanismos sociales de autodefensa facilitando y acelerando el proceso de cohesión social y auto identificación, confirmando lo que Enrique Ubieta define como “La lucha política de liberación nacional y la lucha cultural de autoconfirmación nacional”. Esos nuevos síntomas, no significaron una ruptura que diera paso de forma inmediata a una nueva realidad política, pero sí dio sustento suficiente a una nueva forma de contemplar la situación. Es verdad que en el curso de dos generaciones la sociedad nativa “no se había estratificado a través de clases profesionales y gobernantes relacionados con los medios de gobierno y producción”, pero sí se sintieron capaces de elevar sus reivindicaciones y luchar por el autogobierno sin tutela del Estado español como hasta ese momento. El nacionalismo, como reconoce la propia administración española "es prácticamente imposible de detener”.

Desde ese momento la voladura de todos los puentes de diálogo propicia un escenario en donde la presencia colonial constituye un elemento perturbador, en especial para los jóvenes y las mujeres. Se exige que salgan del territorio al considerar que ya disponen de los elementos legales y legítimos necesarios que permiten argumentar, sólidamente, la utilización de métodos no empleados con anterioridad sin que se arriesguen a ser condenados por ello. Todo pueblo colonizado tiene el derecho a utilizar cualquier medio a su alcance para revertir esa situación y acabar con la situación colonial rechazada por las Naciones Unidas.

Se comienza la búsqueda de un proyecto de futuro y de un instrumento capaz de ilusionar a la población y les incite a la acción. Este proyecto, en gran medida, está representado en la negación del colonizador y su cultura, por eso la búsqueda no mira hacia el futuro, donde se puede compartir proyecto con el colonizador, sino hacia el pasado donde se piensa existe una argamasa con la que fundar los cimientos culturales que sean la base de argumentos del presente, capaces de unificar a la población y darles un orgullo diferenciador .Esta fue una fase importante para el movimiento, que tiene que ver con articular el discurso con el que se pretende desafiar al adversario. Es más importante de lo que hasta ese momento la sociología política había creído, pues el discurso es un instrumento para convencer y para incitar a la acción. Si los diferentes eslabones de ese discurso no están bien construidos de manera que conecten con la imagen, anhelos y posibilidades, no hay diagnostico de la realidad a cambiar ni la necesaria dosis de confianza de quien es sujeto del cambio y de la alternativa posible para dar credibilidad a la acción colectiva.

El año 1973 es el año de la síntesis para el nacionalismo saharaui. Se enfrenta abiertamente a los cuestionamientos esenciales de los elementos constitutivos de su situación de subordinación colonial, rompiendo las resignaciones que pretendían amoldar su existencia a un sentimiento de impotencia e irreversibilidad frente al poder colonial. De esa reflexión nace un nuevo sentimiento de autoconfianza que les permite apropiarse de la seguridad política necesaria para pensar desde la propia subjetividad, como una acción y un reencuentro colectivo. Las manifestaciones de rebeldía del pueblo saharaui, muestran al país ocupante la imposibilidad de colonizar esa subjetividad.

El debate excluyente del “ustedes y nosotros” adquiere para los Saharauis una dimensión real porque se adueñan del “nosotros” como un acto de reivindicación política que los iguala a quienes tienen la fuerza material para poseer su tierra y su país. El Saharaui, nunca tuvo dudas sobre sus diferencias con la colonia española, pero ahora se instala en una categoría superior al periodo anterior, al interiorizar y categorizar intelectualmente esta relación. No está de acuerdo con la hegemonía intelectual que impulsa España, que ha empleado a fondo todos sus recursos a través de distintos medios de aculturación.

Se comienza a indagar en el pasado para elaborar un discurso nacionalista con raíces históricas autóctonas, buscando los elementos originales que diferencien la realidad Saharaui de los países limítrofes. Se revaloriza en esos años la lucha de los antepasados contra la penetración colonial y el tipo de organización tradicional que, aunque tenían una base tribal, mantenían su carácter asambleario en la toma de decisiones. Se recuperan todos esos valores tradicionales que ahora pasan a ser argumentos políticos, en un intento de recuperar y reforzar la “personalidad perdida”.

En ese primer periodo de reconstrucción del movimiento nacional, fue prioritario realizar una búsqueda exhaustiva de los valores culturales del pueblo Saharaui que lo identificaban como una entidad, que a pesar de su sincretismo, constituía una entidad única y particular. En definitiva, se buscaba reafirmar y resaltar esa particularidad como un elemento diferenciador que señalara y constituyera los lindes, en el interior de los cuales se reconociera y se protegiera frente al otro, es decir la Administración española, Marruecos y Mauritania . (1)

La música, la poesía, el baile, la vestimenta, las creencias religiosas, en definitiva la cultura Bedan (2), unida al rechazo sistemático de la colonización y sus estructuras, fueron los elementos empleados para crear ese sentimiento de pertenencia, esa mentalidad de comunidad con lazos identificativos compartidos y con un proyecto de unidad que permitía comprender que tener conciencia de la propia cultura era también tener conciencia de la identidad, de la integridad territorial y política del grupo.

Era necesario articular y fortalecer un sentimiento de originalidad cultural, sobre bases nuevas, autóctonas. Retornar a las tradiciones y mecanismos afirmativos de un pasado glorioso e independiente, como negación y rechazo a la subordinación colonial y como llamada a una rebeldía creativa que condujera a una situación natural representada en el Estado Saharaui, ya que se contaba con una uniformidad cultural en el país. Ese proceso de exaltación de los valores culturales propios, diametralmente opuestos a la nación administradora, establece una relación con la lucha misma, porque ese marco general de resistencia, define en gran medida el devenir cultural del grupo, creando una nueva conciencia que, aunque surge de raíces sociales profundas, dan nacimiento a un concepto más amplio de libertad donde los Saharauis interioricen que pueden vencer y que esa victoria los redime de la traumática experiencia de junio de 1970. Se intentaba elaborar un discurso con un nuevo lenguaje cuyas palabras fuesen las raíces históricas del país y cuyos signos de identidad se establecieran tanto “basándose en los rasgos comunes, como en las diferencias perceptibles”. (3)

La lucha por el patrimonio cultural consolida y reafirma el sentimiento de pertenencia de los Saharauis a una comunidad ancestral, estimulando la conciencia de identidad de pueblo con personalidad diferenciada como potenciador de la unidad y la integración. Es por esa razón que se hace necesaria y prioritaria la labor de preservación de los elementos básicos de identidad cultural “que suelen ser los que proporcionan valor para la resistencia o la defensa”. (4)

Este moderno nacionalismo emergente, que se sostiene en origen sobre un pacto basado en la asunción consciente de una herencia común unificadora y la lucha sin cuartel contra la tribu como base de legitimidad del poder político, no acepta la construcción de la nación sobre el concepto tribal de la identidad y, por lo tanto, se deben buscar las bases de una nueva cultura nacional, teniendo en cuenta el pasado, la tradición y los valores consuetudinarios del pueblo Saharaui pero proyectándolos hacia el futuro. En otras palabras, la tradición y los valores del pasado no pueden nunca ser un obstáculo para el avance y el progreso de la nueva nación cuya existencia peligraría gravemente si no se moderniza social, económica, cultural y políticamente. Con esta forma de pensar, rompe moldes antiguos, en busca de una identidad genuina y original, que no es otra cosa que la génesis, el espíritu y el sentimiento nacional en expansión. El desarrollo de los acontecimientos evidencia que los saharauis con su lucha en el año 1970 y sobre todo con la creación del Frente Polisario y el enfoque de su lucha acertaron en la construcción de un marco propio para la acción colectiva.

Uno de los grandes logros del pensamiento y de la acción en empatía con las corrientes liberadoras que atravesaban, en ese momento, el continente africano y el mundo árabe, fue abrir una nueva perspectiva nacional de cuestionamiento y lucha contra la presencia colonial, asumiendo que la construcción nacional no puede tener basamento en los reducidos límites de la tribu, cuyas actitudes condicionadas, conducen a la exclusión del otro y a la pobre voracidad de unos ridículos y caducos linajes que no tienen, en el presente, otra justificación social e histórica que unos ascendentes, muchas veces imaginarios e interesados, reproducidos por el colonialismo y alimentado por sus herederos frente al empuje de un nuevo concepto de ciudadanía, como necesidad histórica irreversible, impuesto por la lucha generacional, la reflexión anticolonial, el progreso, el conocimiento y la praxis política.

El factor Sáhara tiene elementos en sí mismo objetivos que lo gradúan y califican como nación, que no son reconducibles y lo convierten en una unidad autónoma per se más allá de la existencia de cualquier movimiento de emancipación.

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(1) Con este último país, por las similitudes culturales y la historia compartida, esas fronteras se diluían creando simpatías y afinidades que se presumían valores estratégicos en el futuro; quizá por ello, en esos momentos el Polisario no contemplaba en su análisis la posibilidad de alineamiento de Mauritania con Marruecos, máxime cuando la monarquía alauita no había reconocido la soberanía de ese país, sino mucho después de obtenida la independencia.
(2) El espacio de cultura Bedan se extiende por el sur de Gulimin, todo el Sáhara Occidental, Mauritania, parte de de Argelia y parte de Mali.
(3) PANYIN HAGAN, G.: Nkrumah´s Cultural Policy, University of Ghana, 1985, p. 202.
(4) BÁEZ, F.: Historia Universal de la destrucción de los libros, Mondadori, Buenos Aires, 2005, p.73

Dr: Emboirik Ahmed
tn2502565[at]gmail.com
29.04.19
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25.4.19

Missed opportnity

 by Nafaa Mohamed Salem

Multiple and frequent misachievements have been taking place in formal Spanish deal with the Western Sahara question where successive governments , whatever their political leanings, failed to help solve this problem where politics took extremist directions, and the entire state institutions, with varying sincerity and commitment set out therein, performed poorly, paying a lip service in the best cases.

In few words, the performances of Spain have been disappointing, and this attitude risks to undermine the legitimacy of its official compromises to Western Sahara and to the Saharawis by prioritizing slim economic returns rather than its public engagement.

Today, we observe the emergence of a new type of political parties and tendencies, which represents a challenge for the Spanish politics’ mediocrity and its zigzag nature. This dysfunction has led so extremely to the birth of new identities from extreme right to extreme left headed consecutively by Santiago Abascal and Pablo Iglesias.

In other words, this historical shift has opened the way to a very controversial electoral debates, dividing the Spanish society in a clash of values and ethical judgments. As a consequence, these identities will substantially transform functions, powers and roles of national and local governments and policy-makers. The main consequences of this parallel shift are in terms of deviation from traditional sources of governing (socialist and Popular parties). Even tough they are not likely to win, they will be absolutely key to form coalitions.

As it was predicted, the pre-election debate has centred on fiscal and financial policies, labour standards, environmental regulations, feminism, taxation and, of course, corruption.  But sadly, almost nothing was said on foreign policy and more importantly no single word was pronounced on Western Sahara.

Now the campaign is over. No constraints were made on the candidates and the voters were left aside. Hence, we failed, once again, in our primary mission, that is to re-introduce the question of Western Sahara in the heart of the Spanish politics and to involve its makers in an electoral broadcasted campaign commitments and have them express publicly their attitudes.  another opportunity is missed.


Nafaa Mohamed Salem
 25.04.19
nafaasalem[at]yahoo.com

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9.4.19

Venus asediada por la moscas electrónicas

 Por Lehdía Mohamed Dafa

Un encuentro de jóvenes mujeres saharauis, a finales de abril, organizado por la Liga de Estudiantes y Jóvenes Saharauis en el Estado Español, (LEJSEE) ha suscitado violentas reacciones en amplios sectores de la comunidad saharaui.
Como viene ocurriendo cada vez que lo que se dice se sale del guión oficial y cansino de la mitología en torno a la mujer saharaui, una legión de “moscas electrónicas”(1) salen a zumbar con argumentos cargados de ira y misoginia, pero ayunos de razón. Esta vez, el centro de la diana de los ataques ha sido el logo del evento. La imagen del cartel son tres mujeres una de las cuales, ¡oh blasfemia! no lleva melhfa. Pero lo que ya ha desquiciado completamente a los moscardones ha sido la cruz que “colgando” de un circulo, representa un símbolo feminista y que también lo es del sexo femenino en general. Desde una profunda ignorancia, no exenta de soberbia, una y otra vez se reafirman en un coro de zumbidos que la cruz (símbolo del sexo femenino) es una representación del cristianismo, y que esto es el colmo de la occidentalización en el que se encuentran sumidas las mujeres saharauis en el extranjero, que ya no respetan ni la identidad saharaui, ni lo que es mas grave, su fe en el Islam. Y eso, a pesar de que muchas mujeres y algunos hombres han intentado explicarles, en vano, que el círculo con una cruz invertida debajo es anterior al cristianismo, que data de las antiguas civilizaciones faraónicas, denominándose “cruz ansada”,"llave de la vida" o "cruz egipcia"; que también, en muchas regiones de África aparecen las muñecas “ashantis” de la fertilidad, que tienen esta forma de cruz; y que además, es la representación del símbolo astrológico de Venus, el símbolo alquímico del cobre, y es el símbolo del sexo femenino y por extensión del feminismo. ¡Pues no ha habido manera!


Muchas jóvenes saharauis se están viendo obligadas a insistir una y otra vez en la necesaria y conveniente diversidad que debe tener la sociedad saharaui, como cualquier otra, y que por ello, no se puede tolerar el dedo acusador y la estigmatización de las mujeres sin melhfa, a las que ademas se juzga, con el mayor descaro, que han perdido hasta su condición de saharauis. Siguen obsesionados con nuestros cuerpos y su veladura, asociando esta al buen creyente, al honor familiar o a la tradición. Es el delirio de la intolerancia y la ignorancia.

La Liga de Estudiantes y Jóvenes Saharauis en el Estado Español no ha podido soportar el peso de las críticas y la censura, y ha emitido un comunicado donde anuncia su intención de rectificar el logo de la discordia, intentado así reparar el daño causado. Alegan que lo mas importante para ellos es mostrar su disposición al servicio de la causa nacional. Llegados a este punto, no podemos olvidar que esta organización, al igual que las más de 75 registradas en los campamentos, los territorios ocupados y la diáspora, forman el entramado civil del Frente Polisario, que trata de encuadrar nada menos que a toda una sociedad bajo su férula. Mientras las distintas organizaciones no dejen de ser meros satélites del Frente para trabajar con libertad y autonomía por los ideales de una vida mejor de cada uno de los sectores que representan, seguiremos siendo un pueblo subyugado.

Ceder ante los ataques, la intimidación, el chantaje y la intoxicación de estos ejércitos de “moscas electrónicas” que patrullan las redes sociales y controlan algunos medios que presumen de independencia y progresismo, es claudicar en las aspiraciones de libertad y pluralidad. Necesitamos el oxígeno del pensamiento y la palabra libre, necesitamos aprender el andar de la tolerancia y el respeto, y las normas y la democracia harán el resto para asegurarnos un futuro como pueblo y como nación.

(1) Denominación acuñada en las redes sociales del mundo árabe, que se popularizó durante la crisis de Qatar, para describir el rol de los oficialistas e intolerantes, que bajo  perfiles anónimos siempre están al ataque ante cualquier idea o pensamiento crítico.

Dra. Lehdía M. Dafa
lehdia.m.dafa[at]gmail.com

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6.4.19

LA MIGRACIÓN Y LAS REMESAS SAHARARUIS DESDE EL EXTERIOR


 por Abdalahi Salama Machnan

¿Cuántos inmigrantes saharauis censados oficialmente residen en el extranjero? 
 
La dificultad de la recogida de datos y las variables imprescindibles para una cuantificación fiable es bastante aventurada. Según las estadísticas del Ministerio de Zonas Ocupadas y Diáspora Saharaui estima que más de 40 000 saharauis han emigrado a países del Espacio Económico Europeo, Norteamérica, América del Sur, el Caribe y a otros Lares; una cantidad equivalente al 1,33% de la población actual (Estimación ponderada).

Partiendo de la importancia de las Remesas de los saharauis en el exterior (1), nos planteamos ¿Cuál es el peso de este colectivo en la economía colaborativa? Entendiendo por esta, como “el cajón de sastre”, donde coexisten acciones distintas, con una característica común: todas las iniciativas están basadas en las tecnologías de la información y comunicación, el conocimiento abierto, el consumo colaborativo, las finanzas compartidas y la producción colaborativa. La economía colaborativa procede de la expresión inglesa “Sharing Economy”, traducido literalmente: “Compartiendo economía”, si definimos Economía como la ciencia que busca satisfacer las necesidades humanas mediante los recursos disponibles que siempre son limitados.

A menos que creamos en nosotros mismos, nadie lo hará.
 
Dejando a un lado la situación del conflicto que lleva más de cuatro décadas; la retórica de la ONU ante la cuestión saharaui, por no decir, su incapacidad para aplicar el derecho internacional para la resolución del litigio. No obstante, y hablando francamente, los saharauis deberíamos estar agradecidos a este organismo internacional, porque gracias a la ONU nos hemos librado de todas nuestras ilusiones. Nos ha hecho comprender que, si necesitamos una mano amiga, la encontraremos al final de nuestro brazo. O sea, aquello que no hagamos por nosotros mismos, sin esperar nada de nadie, probablemente estaremos otros cuarenta años en el limbo del olvido, y viviendo un eterno brindis al sol. A menos que creamos en nosotros mismos, nadie lo hará: este, debería ser el nuevo paradigma de nuestro pueblo, es el consejo que debería seguir la diáspora saharaui para empezar a invertir en su territorio.

La reconstrucción de la zona liberada
 
Advertencias tibias, oídos sordos. Al menos por el momento. Los mensajes de muchos economistas saharauis desde hace mucho tiempo alertando de que ya es hora de coger la calculadora, hacer números, incentivar el crédito al consumo y pasar a los hechos tangibles inyectando liquidez para levantar infraestructuras elementales en las zonas liberadas. No será una tarea sencilla; ya que implica crear un fondo de inversión constituido por el aporte de toda la Diáspora Saharaui en el extranjero, y que este administrado por una Sociedad Gestora responsable de su gestión y administración, y por una Entidad Depositaria que custodia el efectivo y ejerce funciones de garantía y vigilancia ante las inversiones.

Al respecto seré más didáctico con la siguiente ilustración, pondré un ejemplo sencillo y práctico:
Si, los 40 000 censados en el exterior, hicieran una aportación mensual de 100€, tendríamos (40 000 x 100€ = 4 000 000€), al año harán unos = 48 000 000€.

Con esta recaudación inicial de: 48 000 000€, perfectamente se puede hacer lo siguiente:
  • Asfaltar las carreteras y caminos que van de las Zona Liberadas hasta el departamento administrativo de Rabuni y a la provincia argelina de Tinduf, con una población aproximada de 60 000 personas.
  • Asfaltar las carreteras y caminos que unen la zona liberada con el departamento administrativo y la mayor ciudad en el norte de Mauritania (Zuérat), con una población aproximada de 39 000 personas.
  • Construir un Bloque de viviendas en la zona de Birlehlu, de 100 unidades aproximadamente.
  • Crear un Red Eléctrica basada en el montaje de los paneles de energía fotovoltaica (Gigantes Placas Solares), produce el doble de electricidad que en muchos otros lugares. La energía solar— energía sostenible— tiene un impacto en la biodiversidad. Se trata de una nueva forma de cultura energética.
Para que la economía fluya, necesitamos confianza y seguridad jurídica.
 
Y eso, depende en gran medida de nuestra conciencia cívica y social, y de nuestras leyes. Por otra parte, actualmente tenemos un hándicap con relación a una dirección sexagenaria, de por sí, alérgica a los cambios. Debido a las políticas obsoletas y desfasadas en materia económica, —abandono total de las Zonas Liberadas—, dictadas a nuestros dubitativos gobernantes por la ONU, ha aumentado la desigualdad malogrando años de conquistas sociales. Esto ha creado un caldo de cultivo, donde los viejos caciques, el tribalismo galopante, el estancamiento de la causa y el egoísmo de algunos políticos corruptos amenazan la unidad y el porvenir de un pueblo implicado y dialogante. Y así, el horizonte de un espacio común de paz, prosperidad económica, bienestar, democracia, justicia social y desarrollo económico se desvanece. La economía que imponen los lobbies de Rabuni en detrimento de la ciudadanía, debe dejar de marcar el rumbo para dejar paso a un futuro de bienestar y progreso solidario; de lo contrario habremos cavado nuestra propia fosa.

Claro que no podemos esperar que nuestros políticos se encarguen de todo esto. Mejor aún; que ellos no se ocupen más de esto. Las políticas sociales hay que hacerlas con la gente, implicándoles a ellos, ser partícipes en su elaboración y en su puesta en práctica. La financiación será, a menudo, pública, porque hace falta el poder coactivo del Estado para recoger fondos. Pero no hace falta que la gestión sea pública: el tándem público– privado tiene mucho que decir sobre esto. Y para acabar, les recomiendo a nuestros políticos la lectura de una obra encomiable en materia económica, donde se demuestra que unas instituciones políticas con voluntad integradora que apoyan a instituciones económicas con carácter inclusivo resultan clave para una prosperidad sostenida. Se trata de: “Porque Fracasan los Países”, de los autores: Acemoglu y Robinson (2) ; en su obra plasman que dependiendo de las políticas que decida desarrollar un gobierno, acabará generando instituciones inclusivas o extractivas con independencia de su herencia histórica, de la zona geográfica en la que se encuentre, de la cultura, de los vecinos que tenga e incluso del clima imperante.
Aplicar políticas sensatas en las zonas liberadas, podría ser la llave de la solución del conflicto. Ya se han perdido más de cuarenta años en la cuneta, que deberían haber servido para levantar una infraestructura real y viable; los inversores se han cansado de esperar; todos pedimos a gritos estabilidad política y económica en las zonas liberadas; mientras que muchos ciudadanos siguen haciendo números para paliar la cesta de la compra del día a día en las áridas tierras de Tinduf, que ha subido más de lo previsto.

Al final todo va ligado intrínsecamente a la administración efectiva, a la gestión, a priorizar lo primero. La administración es disciplina, puesta en práctica.

ABDALAHI SALAMA MACHNAN
06.04.19
sah_camaguey99@hotmail.com

(1) Informe Remesas de emigrantes, sustento de familias y motor del desarrollo , PNUD
(2) En 2012, Daron Acemoglu, profesor de economía del MIT, y James Robinson de Harvard, publicaron un extenso libro con este título.

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